Los ciberdelincuentes son una amenaza constante. Se aprovechan de las necesidades de las personas en línea para robar información confidencial. Con la crisis económica generada por la pandemia, muchos buscan préstamos como solución. Sin embargo, es crucial mantener la calma y estar atentos a posibles estafas en internet, incluso en tiempos de crisis económica.
“El fraude en los préstamos puede adoptar varias formas, pero en el fondo utiliza el señuelo de los préstamos sin condiciones para engañar a internautas vulnerables. Quienes corren mayor riesgo son los jóvenes, las personas mayores, los hogares con bajos ingresos y las personas con baja solvencia ya que los estafadores saben que estos grupos son los más afectados por la crisis del costo de la vida y desarrollaron diversas estrategias para engañarlos y hacerles entregar su dinero”, señaló Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.
Las principales amenazas de fraude en préstamos online
Fraude de comisiones de préstamo (comisiones por adelantado): los expertos de ESET advierten que los estafadores se hacen pasar por prestamistas legítimos, solicitando un pago inicial para acceder al préstamo prometido, pero desaparecen después de recibir el dinero, a menudo solicitando el pago en criptomonedas u otros métodos difíciles de rastrear. Pueden decir que la comisión es un “seguro”, una “comisión administrativa” o incluso un “depósito”, o que se debe a que la víctima tiene una mala calificación crediticia. Normalmente, el estafador dirá que es reembolsable. No caigas en el engaño.
Fraude de préstamos estudiantiles: la oferta de condiciones de préstamo atractivas, condonación de deudas o servicios de reembolso falsos a cambio de comisiones por adelantado, con el fin de obtener información personal y financiera para uso fraudulento, es un riesgo constante en Internet. El engaño incluye la falsa asistencia para el reembolso del préstamo, promesas de reducir los pagos mensuales o negociar con los prestamistas a cambio de comisiones por adelantado por estos “servicios”.
Fraude “phishing” de préstamos: el estafador pide a la víctima que rellene un formulario en línea antes de poder “tramitar” el préstamo, pero al hacerlo entregará sus datos personales y financieros directamente a los ciberdelincuentes para que los utilicen en un fraude de identidad más grave.
Aplicaciones de préstamos maliciosas: las aplicaciones SpyLoan atraen a las víctimas con la promesa de préstamos fáciles a través de mensajes SMS y en redes sociales como X , Facebook y YouTube. Al descargar una de estas, se solicita confirmar un número de teléfono y facilitar abundante información personal. Esto podría incluir la dirección, información sobre cuentas bancarias y fotos de carnés de identidad, así como una fotografía selfie, todo lo cual puede utilizarse para el fraude de identidad. Incluso si no se solicita un préstamo (que en cualquier caso será rechazado), los desarrolladores de la aplicación pueden empezar a acosar y chantajear al usuario para que le entregue dinero, amenazándolo incluso con hacerle daño físico.
Estafas de préstamos de día de pago: al igual que en las otras variantes, los estafadores prometen una aprobación rápida y fácil del préstamo con una documentación mínima y sin comprobar el crédito, aprovechándose de la urgencia de la situación financiera del prestatario. El estafador suele pedir que se facilite información personal y financiera confidencial, como su número de la seguridad social, datos de cuentas bancarias y contraseñas, utilizándola para el robo de identidad y el fraude financiero.
Fraude en el reembolso de préstamos: los ciberdelincuentes se dirigen a las víctimas que ya han solicitado un préstamo y, suplantando a la compañía de préstamos, enviarán una carta, mensaje o un correo electrónico alegando que ha incumplido un plazo de devolución y exigiéndole el pago más una penalización.
Suplantación de identidad: un método ligeramente distinto consiste en robar datos personales y financieros mediante, por ejemplo, un ataque de phishing. Luego utilizarlos para pedir un préstamo en nombre de la víctima: el estafador pedirá el máximo del préstamo y desaparecerá, dejando al usuario con las manos vacías y el pago pendiente.