No creas que la seguridad en Internet se acaba al desconectarte. Tras varios años en la red, cualquier usuario puede acceder a tu información personal si es que olvidas todo el contenido que has dejado en plataformas, páginas web, foros y demás. A esto es lo que los expertos llaman “huella digital”, una amalgama de datos personales que configuran un perfil completo en línea y representa un objetivo vulnerable para ciberdelincuentes.
La compañía de ciberseguridad ESET destaca la necesidad de reducir y controlar este rastro digital mediante buenas prácticas para evitar su explotación maliciosa. La huella digital se compone de tres tipos de datos:
- Datos públicos: información asociada a servicios, facturas o resoluciones judiciales.
- Datos generados por el usuario: posteos en redes sociales, comentarios en foros, entre otros.
- Datos publicados por terceros: contenido generado por otros usuarios que involucra al individuo.
Estos datos contribuyen a dos tipos de huellas:
- Huella activa: datos compartidos voluntariamente.
- Huella pasiva: información recopilada sin conocimiento del usuario, como seguimiento de actividad en sitios web.
“Una buena manera de comprobar el estado de nuestra huella digital es poner nuestro nombre en Google y visualizar los resultados. Allí hay un pantallazo de la cantidad de datos e información que estamos dejando en el suelo digital. Sobre todo porque la huella es seguida muy de cerca por los cibercriminales para llevar a cabo sus acciones maliciosas como delitos y fraudes aprovechándose del robo y la suplantación de nuestra identidad”, explicó Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.
La reconstrucción de hábitos diarios mediante la huella digital facilita el diseño de ataques dirigidos, poniendo en riesgo tanto la privacidad digital como la seguridad física. Detalles aparentemente insignificantes pueden ser la clave para revelar contraseñas o información sensible. Además, la dark web amplifica esta amenaza, convirtiendo los datos personales en un mercado lucrativo incluso para menores de edad.
Cómo reducir tu huella digital
- Limitar el volumen de información que se publica y comparte en Internet, ya sea en las redes sociales o con empresas u organizaciones.
- No compartir números de teléfono, direcciones de correo electrónico y domicilio, detalles financieros u otra información personal a menos que sea estrictamente necesario.
- Buscarse en Internet y contactar directamente a los propietarios de los sitios correspondientes para solicitar la eliminación de la información que se desee. También se es posible comunicarse con los motores de búsqueda para hacer lo mismo.
- Utilizar una VPN para enmascarar la dirección IP de los equipos y lograr que las acciones en línea sean prácticamente imposibles de rastrear.
- Verificar regularmente cuáles aplicaciones se utilizan y cuáles no, para eliminar las que corresponden. También es necesario revisar los permisos de las apps que se decidan conservar.
- Considerar el rechazo de las cookies, como también deshabilitar el seguimiento de terceros yendo a la configuración de privacidad del navegador.
- Evitar que las aplicaciones rastreen la ubicación.