El aprendizaje basado en videojuegos de vídeo es una estrategia de enseñanza que aprovecha la diversión para transmitir conocimientos a los estudiantes. Además, está basada en la dinamización de la educación e incrementa la motivación de los jóvenes y niños al exponerlos a un estímulo familiar que recompensa su esfuerzo y les facilita practicar lo aprendido en espacios seguros. Este mismo concepto es el que se utiliza en escuelas de pilotaje de aviones y otros vehículos sofisticados.
Si bien, desde la década de los 90 se empezaron a desarrollar videojuegos educativos con el fin de trasladar los temas académicos a entornos más didácticos, una gran cantidad de estudios, en los últimos años, ha demostrado que los videojuegos en general desarrollan diversas habilidades útiles entre los jugadores, tales como la capacidad de reacción, resolución de problemas, disminución del estrés e incluso un aumento significativo de la materia gris.
En el 2014, Andrew Przybylski, psicólogo del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford, publicó un estudio que aseguraba que los niños que jugaban videojuegos menos de una hora diaria eran emocionalmente más estables. Asimismo, los investigadores de la Universidad de Deakin en Melbourne comprobaron en otro estudio que jugar videojuegos aumenta las habilidades motoras y de coordinación en los niños menores de 5 años.
La popularidad de los juegos online creció a niveles inimaginados durante la crisis generada por el COVID-19 y fue justamente durante la pandemia que millones de familias en todo el mundo fueron testigos de los beneficios sociales que esta forma de entretenimiento ofrecía a sus hijos, quienes encontraron en los videojuegos una solución a las limitaciones sociales propias del aislamiento. Gracias a los videojuegos, familias enteras pudieron seguir conectadas desde sus hogares disfrutando momentos de diversión y alegría.
Ya sea jugando online con amigos o familiares, los niños y jóvenes desarrollan habilidades sociales al trabajar en grupo para alcanzar sus objetivos, aprenden a asumir roles dentro de equipos, aceptan la derrota y lidian con la frustración en entornos seguros. Además, son una gran opción para quienes tienen discapacidades o ansiedad social.
En el Perú, los videojuegos online se han convertido en una fuente de trabajo para muchos jóvenes que se dedican profesionalmente a competir en torneos que pagan millonarias cantidades de dinero. Algunos de los juegos más populares en el país son WolfTeam y Rakion, ambos promueven la sana competencia y el juego limpio. La empresa desarrolladora Softnyx alienta constantemente a sus jugadores con logros y recompensas y los motiva a desarrollar sus habilidades para alcanzar su máximo nivel.
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