Ambrocio (de rojo) es el único peruano clasificado a Tokio 2020 en la modalidad estilo libre de lucha. (Foto: Wrestlers are warriors/ Tony Rotundo Media Group)
Ambrocio (de rojo) es el único peruano clasificado a Tokio 2020 en la modalidad estilo libre de lucha. (Foto: Wrestlers are warriors/ Tony Rotundo Media Group)

"Creo que los se deberían llevar a cabo de todas maneras”, dice el luchador nacional , clasificado a Tokio 2020 en la modalidad de estilo libre (86 kg). Es, probablemente, una declaración impopular por estos días, en los que el nuevo coronavirus ha causado un apagón en el deporte mundial. Pero el deportista confía en que la situación provocada por el Covid-19 mejore con las diferentes y estrictas medidas adoptadas por los Gobiernos. Tiene razones que lo ponen ansioso por empezar a luchar.

Pool alcanzó su cupo el domingo pasado en el Preolímpico de Lucha, celebrado en Canadá. Llegó a la final, pero no pudo disputarla por un estirón en su rodilla derecha. Se colgó, así, la medalla de plata. No obstante, al ser finalista ya había clasificado a Tokio 2020. Fue como quitarse una espina que no lo dejaba vivir tranquilo. Y es que en el Preolímpico de Río 2016 perdió su boleto en los últimos segundos de la lucha clasificatoria. "Prácticamente, la tenía ganada, pero parece que me resbalé. Mi rival aprovechó, se me vino con todo y perdí. Lloré meses, me sentí muerto en vida, porque para mí la lucha es mi pasión. Pero ahora, cuatro años después, ha llegado mi revancha”, señala.

Lograrlo no fue fácil. Pool solo recibe el apoyo de sus familiares, del equipo nacional de lucha y del cubano Luis Mieres, quien lo entrena desde que tiene ocho años. Pero no se encuentra en el programa Top Perú Olímpico del IPD, que ayuda a los deportistas ya clasificados a Tokio o a los que tienen posibilidades de conseguirlo. Tampoco cuenta con auspicios. Prácticamente está solo contra el mundo. Eso, sin embargo, no lo iba a parar. Así que en febrero usó aproximadamente todos sus ahorros para viajar a Rusia a preparase por dos semanas, específicamente a la ciudad de Majachkalá, en donde la lucha es tan popular como el fútbol en el Perú.

Ambrocio (de negro) con su medalla de plata en el podio del Preolímico de Canadá. (Foto: Wrestlers are warriors/ Tony Rotundo Media Group)
Ambrocio (de negro) con su medalla de plata en el podio del Preolímico de Canadá. (Foto: Wrestlers are warriors/ Tony Rotundo Media Group)

Tras su entrenamiento, Pool también tuvo que recurrir a sus bolsillos para volar hasta el Preolímpico de Canadá y conquistar la anhelada clasificación. Así rompió una mala racha que nuestro país poseía desde Atlanta 1996: desde aquel año ningún compatriota había podido competir en el estilo libre de la lucha olímpica masculina (Enrique Cubas fue el último). Solo Yanet Sovero había sacado cara por las mujeres en Río 2016.

Ahora Pool podrá ingresar al programa Top Perú Olímpico. Pero piensa que el apoyo no debería darse después de estar clasificados, sino antes. “(Los encargados) no evalúan bien, dejan de lado a deportistas que pueden tener posibilidades de ir a Tokio. Me paso a mí, pero me tuve confianza y decidí jugármela, y ahora estoy en los Juegos”.

Su próximo objetivo es nada más ni nada menos que el podio olímpico. “Estoy seguro que voy a obtener una medalla y darle una alegría a mi país”, asegura. Todo suena bonito, pero el luchador tiene otro obstáculo por delante. Su entrenamiento se verá paralizado por el nuevo coronavirus. En estos momentos se encuentra en Canadá junto a la delegación de lucha en una casa que les has dado la Embajada de Perú. Ellos deben descansar una semana -lo hacen después de cada competencia-, pero luego deben comenzar a prepararse. No podrán hacerlo como lo tenían planeando.

Ya quieren estar en Perú, pero están a la espera del visto bueno que les permita regresar al país, cuyas fronteras están cerradas por quince días. Es una medida tomada por el presidente Martín Vizcarra para evitar la expansión del Covid-19. De poder retornar, Pool, primero, celebraría con su familia su clasificación y luego alistaría maletas para ir a Rusia. En caso la pandemia continúe, su preparación será con su hermano, que también es luchador. “Además, en mi casa tengo barras paralelas y pesitas que me pueden mantener en forma”. La idea es llegar con ritmo a sus primeros Juegos Olímpicos. Es su gran lucha de fe. “Pero si en caso se posterguen los Juegos, yo ya estoy satisfecho y feliz de ser olímpico”, asevera.

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