"Todo niño nace con un pan bajo el brazo", reza un conocido refrán. Pero en el caso de Raúl Orlandini, quien acaba de ganar su cuarto título en Caminos del Inca (tercero como piloto) quizá sea necesario replantear la frase, pues él cambió el pan por el timón.
Desde que tiene uso de razón, en su casa siempre se habló de autos. Eso, gracias a su padre, Raúl Orlandini Dibós, quien fue un reconocido piloto nacional. Aunque su 'viejo' falleció hace once años, dejó un logro muy importante: ser el segundo más ganador en Caminos del Inca con cinco títulos (1992, 1993, 1994, 2003 y 2005), solo uno menos que el histórico Henry Bradley (7).
Y tras correr la edición 46 de Caminos del Inca, el 'Mono' está cada vez más cerca de un sueño personal: igualar en trofeos a su padre. "Estamos a un solo título de igualarlo. Me deja tranquilo, porque recién tengo 32 años y aún tengo mucho techo para seguir creciendo", dijo el piloto.
Está claro que la prioridad de Raúl Orlandini es alcanzar la marca de su padre. Sin embargo, el 'Mono' tiene una deuda pendiente: volver a correr el Dakar, donde compitió por primera y única vez en 2013. Aunque no pudo terminar esa edición del rally más extremo del mundo debido a una una falla mecánica.
"Si se consigue el título de Caminos del Inca el próximo año, quiero volver a competir en el Dakar 2019. Y así, tener tiempo para preparar el auto", finalizó Orlandini.