Serán los Juegos del Hambre: posibles desacuerdos y enfrentamientos tras la postergación de Tokio 2020

Tan acertada como retardada, la medida de aplazar los Juegos Olímpicos representa enormes desafíos para los atletas y la organización, así como importantes conflictos de intereses para la gran industria.
El Comité Olímpico ha dicho que el evento se realizará en 2021, "a más tardar en el verano (julio/agosto)". (Foto: AAP)

Existe consenso entre autoridades, deportistas y medios de comunicación al comentar sobre la resolución del Comité Olímpico Internacional (COI): el aplazamiento de los ha sido la mejor decisión. Ningún interés puede situarse por encima de la salud de los atletas y había que protegerlos. Impera una sensación de alivio, pero esta solución es solo la apertura de otros problemas. Y los seres humanos, beneficiados hoy, serían los perjudicados mañana.

El primero es el calendario. Todos aplaudimos a la Conmebol y a la UEFA cuando anunciaron que la Copa América y la Eurocopa correrían un año. Ambos torneos ahora se disputarán del 11 de junio al 11 de julio de 2021. Tokio 2020 –como se seguirá llamando el evento a pesar del aplazamiento– empezaría el 24 de julio de 2021. Si alguno no mueve nuevamente sus fechas, estos Juegos probablemente se celebren sin presencia de futbolistas de élite –los habituales tres comodines que cada país llevaba–. Sus piernas, y sus clubes, abogarán por descanso, ya que a mediados de agosto, justo cuando deberían acabar los JJ. OO., debe empezar la temporada.

Esto sin contar que para entonces –mediados de 2021– estos jugadores ya estarán cansados, pues la temporada 2020/21 amenaza con ser maratónica: junio y julio de 2020 deberían servir para terminar las temporadas actuales, tener un breve respiro y en setiembre/octubre arrancar un apurado y ajustado curso 20/21, que de todas formas deberá terminar en mayo para permitir la Copa América y Eurocopa. “La FIFA ha postergado el nuevo Mundial de Clubes y espera que las federaciones también den un paso al costado. Acortar los torneos, tal vez menos equipos”, ha sugerido el martes Gianni Infantino, presidente de la FIFA, a la Gazzetta dello Sport.

Neymar lideró a Brasil al oro olímpico en Rio 2016. Manifestó su deseo de estar en Tokio, pero eso ahora está en veremos. (Foto: AFP)

Para ello, las ligas deberán renegociar sus contratos con televisoras y otros patrocinadores, que no querrán ver afectados sus ingresos con menos partidos. Y hasta aquí hemos hablado solo de fútbol: la nueva fecha de Tokio 2020 chocaría con los mundiales de atletismo y natación, por citar algunos. De momento Sebastian Coe, presidente de la World Athletics, ya ha dicho que su federación se someterá al nuevo calendario. Habrá que ver si los dirigentes de otros deportes muestran la misma disposición.

Si el factor humano fue decisivo para que los Juegos Olímpicos sean postergados por cuarta vez en su historia –después de Berlín 1916, Tokio 1940 y Londres 1944, todos por las guerras mundiales–, habrá que pensar en las 2 200 familias que planearon vivir en la Villa Olímpica desde setiembre. Las autoridades de la capital japoneas ya habían puesto a la venta estos departamentos y ahora se deberá encontrar una solución.

Quizá los conflictos más grandes vengan aquí: la renegociación entre el COI y las televisoras que, a su vez y con toda seguridad, ya han vendido publicidad. De acuerdo al Washington Post, la NBC, que ha pagado US$ 12 billones por los derechos de transmisión en Estados Unidos de siete citas olímpicas, ya había cerrado acuerdos con ‘peces gordos’ como Coca Cola, Samsung y Visa, que les iban a proveer de más de mil millones de dólares. ¿El discurso filantrópico seguirá siendo el que prevalezca y todos estarán dispuestos a renunciar a sus beneficios económicos ya pactados? Parece difícil. En el Perú, ATV es quien tiene los derechos exclusivos de Tokio, así como los de París 2024.

¿Cómo quedan los deportistas nacionales de cara a este nuevo escenario? Para unos a favor, para otros en contra. Si bien Alexandra Grande y otros tendrán tiempo y competencias para clasificar, “la preparación de algunos era pensando en poner fin a su ciclo deportivo en el 2020, y varios ya no van a llegar al próximo año”, señaló Pedro del Rosario, presidente del Comité Olímpico Peruano (COP), a RPP. Este es el caso de Inés Melchor, quien anunció que se retiraría luego de estos Juegos (pero, a su vez, no tenía cómo conseguir el cupo luego de que se cancelaran varias competencias). Hay alivio, pero también más preguntas que respuestas. Postergar Tokio 2020 es una decisión tan acertada como desafiante.

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