Muchos recordamos el carisma de que se apoderó de las portadas con el pasar de los años. El velocista impresionó con infinidad de récords batidos. De esta manera, se ganó un lugar en la historia del deporte. Las generaciones no dejan de correr y ahora aparece quien, con 23 años, apunta a seguir con este legado y obtener mejores marcas en en los Juegos Olímpicos Este joven posee 9.86 en 100 metros y 19.50 en 200. El jamaiquino, a esa edad, obtuvo 19.75 en los 200 metros.

Con su corta edad, Noah Lyles es de los que puede presumir ser de los pocos atletas que son capaces de bajar de 19.70 o menos en cuatro ocasiones en el periodo de un año con los difíciles 200 metros. Su juventud es un pilar fundamental también porque lo posiciona como favorito a obtener medallas.

“Quiero ser conocido como una persona que cambió el deporte. Salir, ser un showman, me encanta ser un showman, quiero animar a otras personas a que digan que no tienes que ser muy agresivo cuando sales por un 100 o un 200 “, dijo en una entrevista que define detalles de su personalidad y objetivos personales como deportista.

La clasificación a Tokio se selló el pasado 28 de junio. El campeón mundial de los 200 metros se impuso en la competencia de la especialidad en un torneo estadounidense clasificatorio para la cita. Un tiempo de 19.74 lo hizo obtener su mejor registro del presente año. “En los turnos preliminares me estresé demasiado, pero en la final dejé el cuerpo y la mente libres y funcionó”, declaró Lyles, que en semifinales fue superado por Erriyon Knighton, de sólo 17 años y quien también estará en Tokio 2020 tras correr en 19″84, detrás de Kenny Bednarek (19″78).

El carismático Lyles y la responsabilidad de representar a su país

Tras la suspensión de Christian Coleman por temas de dopaje, Lyles se vuelve la esperanza en esta disciplina y algunos patrocinadores lo toman como ‘el oxígeno’ en un país acostumbrado a la obtención de medallas. Al igual que su modelo a seguir, Usain Bolt, Noah posee una actitud expansiva que encaja en el corazón del público.

Eso sí, sus inicios de 12 años no fueron con este deporte porque se dedicaba a la gimnasia rítmica, la influencia de su hermano fue clave para iniciar su paso por el atletismo y no se equivocó. La historia está en el altillo de la casa que comparte con su hermano Josephus -corredor de 400 metros, el responsable de cocinar- en Clermont, Florida. De momento no muestra interés por la cocina, y según su hermano Josephus, “si de Noah dependiera, cenaríamos todos los días cereales”.

“Ha sido una temporada muy larga, con algunos dolores, pero he podido venir aquí y pasármelo bien, seguir pasármelo bien. Quiero que la gente siga mis pasos los próximos años”, fueron sus palabras en una de sus primeras presentaciones destacada. Al Mundial de Londres 2017 no pudo ir por lesión y se quedó fuera de los Juegos de Río 2016, su primer objetivo absoluto, por muy poco: en los 200 metros de los Trials estadounidenses, que repartían tres plazas, quedó cuarto.

En aquella temporada, Lyles hizo la marca de 19.50 y se convirtió en el cuarto hombre más rápido detrás de Bolt, Johann Blake y Michael Johnson, y prometió que en un futuro buscará la plusmarca. De momento, ya ha cambiado la música del atletismo, que advierte en él un nuevo rey.

Noah Lyles y su vida independiente del deporte

El atleta de Florida suele lucir en las competiciones calcetines en los que muestra sus gustos cinéfilos y televisivos. Se le ha visto, entre otros con unos de R2 un día que corría el día internacional de Star Wars. También con los de Dragon Ball y de United States of the smash.

A Lyles le ha salido en los últimos tiempo una nueva afición, como él ha reconocido, que es la música. No es que no le interesara antes, pero ahora hasta compone sus canciones de hip-hop y rap en un estudio que tiene en su casa. Él pone la letra y de momento le ayudan con la música. La canción Speed Racer fue, en palabras suyas, “hecha para la Diamond League de Mónaco. De ritmo rápido y rápido como yo”.

Lyles dijo: “Para 2020 estaré preparado para ganar en los Juegos de Tokio en 100, 200 y 4x100”. El último estadounidense que lo logró fue Carl Lewis, en 1984. Asegura haber tenido “sueños donde corro en 9.41 y 18 segundos”. Los presentes Juegos Olímpicos se presentan como la oportunidad perfecta para lograr su cometido.

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