Brenda Ampuero juega como punta y opuesta en Géminis de Comas. (Instagram)
Brenda Ampuero juega como punta y opuesta en Géminis de Comas. (Instagram)

Creció entre muchos saques, mates y recepciones. Los principales recuerdos de siendo niña son en una cancha de . Ver a su mamá, la voleibolista profesional Andrea Ampuero, hizo que su amor por el deporte de la net alta despertara. No había entrenamiento al que no fuera acompañándola; y como lo que se hereda no se hurta a los 6 años empezó a practicarlo. Ocho años después formó parte de la selección peruana Sub 17 que disputó el Mundial de la categoría en agosto (quedamos en sexto lugar).

Tener como modelo y guía a su mamá, la reconocida y experimentada Andrea Ampuero con una trayectoria importante en la Liga Nacional Superior de Vóley, fue la base para la carrera que de a pocos viene construyendo Brenda. “Yo he seguido a mi mamá desde chiquita, siempre me ha gustado el vóley. Mi mamá me llevaba a todos lados, donde ella entrenaba, yo iba. Me gustaba estar jugando con la pelota. Siempre quise jugar desde que vi a mi mamá”, le contó a Depor.

Y aunque su amor por el vóley es incondicional, la curiosidad de Brenda la llevó durante su niñez a explotar otros deportes (como el karate) y hasta hacerle pasar más de un susto a su madre, quien entrenaba y jugaba en la Videna. La Villa de San Luis era lugar perfecto para que su engreída la viera y de paso conociera otras disciplinas dentro del recinto. Se iba a ver la gimnasia (deporte que le gusta, pero no lo practica, incluso tiene como hobbie ver series) y eso ocasionó que Andrea tuviera que salir incluso de un partido para buscarla.

“Siempre fui traviesa, me iba a jugar por ahí, mi mamá se tuvo que salir de un partido alguna vez para verme. Recuerdo que me había ido a ver la gimnasía y ella tenía que salirse de sus entrenamientos y partidos [...] De niña, todo me parecía interesante, practicaba varios deportes porque era imperactiva, pero al final me quedé con el vóley”, recordó Brenda.

Brenda Ampuero jugó el Mundial Sub 17 en el Coliseo Dibós. (FPV)
Brenda Ampuero jugó el Mundial Sub 17 en el Coliseo Dibós. (FPV)

Su vida con el vóley

A sus 14 años, Brenda respira, come y duerme con el vóley, un deporte que la apasiona y llena. Si bien se necesita un balance para gestionar sus tiempos a la hora de practicalo y tener un balance con sus clase en el colegio y su vida como adolescente, ha encontrado la armonía perfecta. Es consciente de que el estudio es fundamental y por eso tampoco lo descuida. Si bien su sueño es seguir con la disciplina que tanto ama, también le gustaría una carrera, aunque aún no se decide cual, la aviación comercial (ser aeromoza) ronda por su cabeza.

“Mi colegio me ha ayudado mucho con el vóley, la selección y mis estudios”, comentó Brenda, quien cursa el tercero de secundaria en el colegio Alfredo Rebaza Acosta. Si bien está en una edad importante como adolescente, por los quinceañeros, fiestas y amigos, ella está concentrada en lo suyo. “Toda la semana entreno todos los días, tres turnos, los fines de semana son puros partidos [...] Yo prefiero entrenar que salir a fiestas, prefiero seguir mejorando cada día”, comentó.

El 20 de diciembre cumplirá 15 años, pero no desea quinceañeros, prefiere un viaje familiar y una reunión con sus amigosmás cercanos, una decisión madura para su edad, pero que demuestra que sus objetivos son claros, de querer ser voleibolista. Todo eso también es porque tiene como principal consejera de vida a su madre, Andrea Ampuero.

La relación con su mamá

Tener a una mamá voleiboista es un privilegio que Brenda agradece a la vida, la relación con su mamá es única, comparten la misma pasión y más que madre e hija, son mejores amigas. Brenda nació en Tingo María y cuando su mamá vino a Lima para jugar por Géminis se fue con ella y ahí empezó su historia en el deporte de la net alta. Hoy en día, Brenda compite en la categoría Sub 17 de Géminis y tiene el sueño de poder jugar junto a su progenitora en algún momento.

“Ella [su mamá] está en Rebaza este año, pero siempre la veo jugar y trato de imitarla, porque juega muy bien. Para mí, es la mejor jugadora. Siempre hacemos competencia en la casa, de decir ‘yo te gano, no, yo te gano’, siempre estamos haciendo competencia, somos muy competitiva. Yo después de todos mis partidos, me siento a hablar con ella y me dice cómo puedo mejorar”, relató Brenda.

Andrea Ampuero, mamá de Brenda, tiene 36 años; su hija, 14.
Andrea Ampuero, mamá de Brenda, tiene 36 años; su hija, 14.

Y a poco de comenzar la nueva temporada de la Liga Nacional Superior de Vóley, Gino Vegas (presidente de la FPV) indicó que la fecha de inicio estaría entre el 16 y 17 de noviembre, Brenda Ampuero sueña con poder debutar en Primera y jugar al lado de su mamá, aunque de momento esto último no podrá darse (ambas están en diferentes clubes), pero la opción de jugar la LNSV sí es realidad. “Este año me dijeron que voy a estar en el equipo de mayores, con la fe de Dios voy a debutar este año. Yo siempre estoy preparada, para mí no hay retos que no se puedan cumplir. Si entro, haré mi función”, reveló.

Cuando llegue ese momento de hacer su ingreso oficial en la LNSV, Brenda recordará siempre las palabras de su mamá. “La actitud nunca puede faltar en el campo, así tú estés jugando mal o tu equipo lo esté haciendo, no puedes estar con la actitud baja. Es lo que un deportista siempre debe tener”, recuerda la joven atacante opuesta. Brenda no tiene en mente cómo será ese momento, tampoco se lo imagina, espera que sea espontáneo, pero sin duda tendrá el apoyo de su familia, sus abuelos, su propia madre y sus amigos en Tingo María, que incluso viajaron hasta Lima para verla en el Mundial de agosto. Su sueño está por iniciar.

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SOBRE EL AUTOR

Bachiller en Ciencias y Artes de la Comunicación con mención en Periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú, con estudios en Gestión Deportiva en Evolución Conmebol y Marketing Digital. Tiene más de cinco años de experiencia en periodismo digital, escrito y multimedia.






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