James no oculta su pasado en el Real Madrid. Se trata de uno de los momentos más dolorosos de su carrera deportiva. El volante colombiano vivió en carne propia como un técnico no confiaba en sus aptitudes como futbolista por primera vez en su carrera. Zidane era esa persona. El mismo entrenador que le había pedido quedarse seis meses más en el equipo y que después decidió que no era un jugador de acuerdo a la plantilla madridista. Ya en el Bayern Munich, y viendo al Real Madrid como un tema del pasado, James Rodríguez le confesó al ‘Chiringuito’ que lo más doloroso de su salida de Madrid fue el llanto de su hija Salomé.
Luego del partido frente al Sevilla, en donde James jugó 60 minutos y fue aplaudido por la hinchada merengue en el Santiago Bernabéu, el mediocampista llegó a su casa y fue a comunicarle la decisión a su hija de cuatro años. “Ven, quiero hablar contigo. Nos vamos a ir a vivir a otra ciudad, vas a cambiar de colegio, ya no vamos a vivir en esta casa”. Salomé, quien en ese momento tenía cuatro años, lloró desconsolada. “Fue muy duro. Me partió el alma”, afirmó James Rodríguez en una entrevista que le brindó al Chiringuito de Jugones.
Un mes después se confirmaba la noticia: James pasaba cedido por dos temporadas al Bayern Munich. Y ahora todo es alegría. James es titular indiscutible, asiste, ordena el juego y podría decirse que es uno de los pilares del equipo de Jupp Heynckes. La suplencia y el dolor de no jugar ha quedado como una anécdota, por eso James lo cuenta a la prensa.
En el partido contra el Werder Bremen, James Rodríguez dio dos asistencias en el partido. ¿La más comentada? El magistral pase a Thomas Müller para que este sentencie el partido con el 4-2. El volante utilizó su zurda para bombear el esférico y encontrar al alemán, con quien ya se va conociendo a la perfección.