El partido entre Bayern Munich y Borussia Dortmund, por la fecha 28 de la Bundesliga, disputado en el Signal Iduna Park, no ha podido ser ajeno a la polémica. Y es que el equipo de Lucien Favre se vio perjudicado luego que el árbitro no cobrara un penal a su favor.
Y es que cuando corrían los 53 minutos del partido, Jerome Boateng desvió con el brazo un remate de Erling Haaland. Para sorpresa de todos, el árbitro, Tobias Stieler, pidió la continuación del juego.
El juez del ‘Klassiker’ estuvo tan convencido que el brazo de Boateng no merecía ser penal que ni siquiera pidió el VAR para corroborar la jugada. Mientras tanto, desde el banco de suplentes, Lucien Favre reclamaba por una decisión que podría costarle a los suyos el título de la Bundesliga.
Sin espectadores en el Signal Iduna Park, como obliga el protocolo sanitario establecido para reanudar el fútbol alemán tras dos meses de interrupción por la propagación del coronavirus, un gol de Joshua Kimmich en el 43 dio la victoria al vigente campeón.
Tras sumar dos victorias por cabeza desde que se retomara el torneo, los dos máximos aspirantes al título de una extraña temporada jugaban el partido clave. En lugar de una caldera con 80.000 personas, el duelo estelar del fútbol germano se disputó en un inmenso recinto que fue un solar en una tarde veraniega.
Kimmich resolvió la tarde con una maravilla al borde del descanso. Tras robar el balón y triangular en la frontal, el polivalente mediocampista se sacó de la chistera un toque sutil para marcar con un globito por encima del arquero suizo Roman Burki.
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