Abucheos, críticas y malos comentarios se tejieron alrededor de Pep Guardiola luego de que se confirmara su pase al Manchester City terminando esta temporada. Esta decisión, mezclada con el sinsabor de no ganar la Champions League, hizo de los últimos días del estratega un calvario.
Pero Guardiola no se derrumbó. Y era extraño. La respuesta fueron los jugadores. Solo la plantilla del Bayern Munich y el técnico español saben la gran relación que mantuvieron en la temporada. Solo ellos saben lo que realmente les afectaba.
Y todo esto se pudo notar en la última aparición pública de * Guardiola* y sus hasta hoy dirigidos. El estratega español tuvo el mejor regalo de despedida. Philipp Lahm, capitán bávaro, le cedió la Copa Alemana al DT, quien se mostró sorprendido.
Todo el equipo del Bayern Munich estuvo de acuerdo en que Josep Guardiola fuese el primero que levante la Copa en su despedida. El estratega aceptó la proposición, siempre y cuando Philipp Lahm lo acompañe. El entrenador contó hasta tres, y alzaron el trofeo juntos.
Guardiola continuará su carrera en el Manchester City, y dejará en el Bayern Munich el sinsabor de nunca haber conseguido una Champions League en estos tres años. Pero en algunos aficionados logró calar, y esos lo recordarán siempre.
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(EZ)