A pocos días del primer aniversario de su fallecimiento, las autoridades de la ciudad de Buenos Aires homenajearon este miércoles a Diego Maradona con la instalación de una placa en el edificio de las intersecciones de las calles Segurola y Habana 4310, en el barrio de Villa Devoto, uno de los lugares donde vivió el ídolo.
En este rincón, bautizado como la “Esquina Diego Armando Maradona”, se encuentra la vivienda donde habitó el astro del fútbol durante varios años de la década de los 90, concretamente en el apartamento del séptimo piso. Tras la muerte de Maradona, este edificio se convirtió en punto de peregrinaje para cientos de seguidores, que lloraron su pérdida e instalaron altares en su memoria.
Este homenaje fue impulsado por el diputado porteño Daniel Del Sol y aprobado por unanimidad en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires. “Es un lugar, para nosotros, cultural, como hay muchas esquinas en la ciudad de Buenos Aires y no podíamos dejar pasar la ocasión de reconocer donde vivió con sus hijas”, contó Del Sol.
En opinión del legislador, Maradona es para todos los argentinos un “sinónimo de felicidad”, que consiguió el “reconocimiento del resto del mundo”. “Maradona para nosotros siempre fue un emblema de alegría y felicidad por todo lo que nos dio. Simplemente queremos recordarlo bien, la alegría que nos dio, y bueno, feliz, por hacer este reconocimiento para él”, concluyó.
La ubicación de este domicilio salió a la luz el 7 de octubre de 1995, en el partido que consagró el regreso de Diego Maradona a Boca Juniors. En ese encuentro, Maradona difundió públicamente su dirección después de una discusión con Julio César Toresani, futbolista de Colón.
“A Toresani le dije en la cancha que yo vivo en Segurola y Habana 4310, séptimo piso. No tengo ningún problema en que me venga a buscar”, clamó el astro del fútbol al término del encuentro, en unas declaraciones que tuvieron una enorme relevancia en su momento.
Maradona falleció a los 60 años y la autopsia al cuerpo del excapitán y exseleccionador de Argentina determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada”. También descubrió en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.
El campeón del mundo en México 1986 padecía problemas de adicción al alcohol, había sido ingresado en una clínica de La Plata el 2 de noviembre de 2020 por un cuadro de anemia y deshidratación y un día después fue trasladado a un sanatorio de la localidad bonaerense de Olivos, donde fue operado de un hematoma subdural.
El 11 de noviembre recibió el alta hospitalaria y se trasladó a una casa en un barrio privado de las afueras de Buenos Aires, donde falleció el 25 de noviembre.
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