El regreso con gol de Cristiano Ronaldo, con hambre de éxito tras un mes sin poder jugar con el Real Madrid, dio luz a una noche europea sin brillo, en un estreno plácido del campeón ante el modesto APOEL, que cedió al doblete del portugués y un tanto de chilena de Sergio Ramos.
Necesitaba de golpe un buen partido el Real Madrid tras dos empates consecutivos en Liga en el Santiago Bernabéu que dejaron unas dudas inesperadas tras el nivel mostrado en las Supercopas. No llegó en un día propicio, ante el humilde APOEL que luchó con todo lo que tenía pero que está a años luz del equipo de Zidane, al que por momentos le faltó intensidad y mentalidad.
El problema de la falta de fútbol responde más a lo psicológico que lo físico. Es cuestión de motivación. El estreno europeo debía levantar el ánimo. Una goleada es siempre bienvenida y para ello regresaba el mayor devorador, Cristiano Ronaldo, con ganas contenidas durante un mes sin poder defender al Real Madrid.
Que marcaría lo sabían hasta en Chipre. Lo había hecho en el primer partido de las cinco últimas ediciones y no faltó a la cita en la sexta. Aunque antes llegó un susto para Keylor Navas con un disparo lejano de Roberto Lago, que dobló sus manoplas para enviar a córner. El APOEL tuvo dos llegadas seguidas repletas de ilusión antes de ser castigado con el martillo pilón del portugués.