¿Podrá ingresar al estadio en un estado ecuánime? A horas del partido de la final de la Copa Libertadores 2018 entre River Plate vs. Boca Juniors, un fanático hizo el ‘popular’ fondo blanco – secarse un vaso completo – de fernet en pro de lo significa el partido para todos los argentinos. La pregunta del millón de dólares es cómo estará cuando los dirigidos de Marcelo Gallardo y Guillermo Barros Schelotto ingresen al césped del Bernabéu.
La ciudad de Madrid despierta este domingo pendiente de un River-Boca, una final de la Copa Libertadores que le debía ser ajena, pero que tras un mes de incidentes ha convertido al estadio Santiago Bernabéu en el escenario de un encuentro que ha movilizado el mayor dispositivo de seguridad de su historia para un partido de fútbol.
Desde el aeropuerto a los hoteles de concentración de los equipos, de la Puerta del Sol a Colón, pasando por La Castellana o los alrededores del Bernabéu, todo lo impregna el Superclásico argentino, que cruzó el Atlántico con un halo de violencia y alcanza sus últimas horas en un clima más plácido del esperado.
El abrazo, anoche en un hotel de La Castellana y ante las cámaras de televisión de un canal argentino, de los presidentes de River, Rodolfo D'Onofrio, y Boca, Daniel Angelici, que habían evitado cualquier gesto para el "deshielo" en los días previos, ha sido el colofón a unas jornadas previas marcadas por la ausencia de graves incidentes.
Enmarcado en el Operativo CABA (acrónimo de Ciudad Autónoma de Buenos Aires) el dispositivo de seguridad ha involucrado a unos 4.000 efectivos, 2.054 de ellos policías nacionales, y ha permitido, entre otras cosas, detectar la llegada de radicales con antecedentes penales, en el mismo aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez.