Nunca antes vi algo así. A inicios del 2018, en plena entrevista de un medio español a Quique Setién, DT del Betis por ese entonces, su capitán y líder absoluto, Joaquín, interrumpió la conversación gritando a unos metros: “Diles quién es el que marca las diferencias en el equipo. Míster, te he hecho estar aquí seis meses. ¿Tú sabes cuánto no hacía que un entrenador estaba aquí seis meses? He renovado, te he mantenido un año”. Para los que no saben quién es Joaquín, es el ídolo actual del Betis, jugó dos mundiales y es muy conocido por sus bromas. Síganlo en su Instagram. El tema es que esta broma se la hizo a su entrenador con una cámara de prensa encendida y con mucha gente que podría dudar de la autoridad de Setién. Volviendo a la escena, tras unos segundos de silencio y con todos los periodistas en guardia, el técnico le respondió lo siguiente: “Pocas veces habrás disfrutado tanto jugando al fútbol como este año. Has venido a entrenar contento y feliz todos los días. Antes no te daban la pelota al pie. La tenías que bajar”. A Joaquín solo le quedó agachar la cabeza y decir “Es verdad, la verdad sólo tiene un camino”. Quique Setién la paró de pecho y salió jugando distinguidamente.
Así como su respuesta, así le gusta el fútbol al nuevo entrenador del Barcelona. Con clase. Setién es un fiel seguidor de Johan Cruyff y del ajedrecista Anatoli Karpov. De Cruyff absorbió la idea madre de la posesión y de Karpov el equilibrio. “Del ajedrez aprendí que hay que atacar con cierto orden y controlar la retaguardia. Puedes ser un jugador ofensivo, pero siempre controlando lo que pasa atrás. No dejar piezas sueltas, que haya sincronización”, dijo Setién en una nota hace algunos años.
Con Setién y bajo la influencia de Cruyff, el Barcelona tiene como objetivo recuperar la filosofía que implantó el genio holandés y que luego se convirtió en un emblema mundial. En el Barca quieren recuperar el estilo de posesión y creen que el entrenador de 61 años tiene el ADN indicado. Por eso lo eligieron. No sólo basta con ganar, también hay que dominar al rival. Con el Betis, el DT obtuvo un promedio de posesión del 57,38% y sólo fue superado por el Real Madrid y Barcelona. Para él, la posesión es innegociable.
Si hacemos un repaso de su trayectoria dirigiendo en primera, podríamos decir que no se ha casado con ningún sistema. En las Palmas comenzó con un 4-3-3 con dos extremos muy ofensivos y luego decantó por un 4-1-4-1 con dos extremos de mayor desplazamiento. En su primera temporada en el Betis arrancó con el 4-3-3 con el que le ganó al Madrid en el Bernabeu. Luego, cambió al 3-5-2 con el que venció en el Camp Nou al Barcelona. Ahora, estoy seguro de que, en su estreno de hoy frente a Granada, el nuevo técnico blaugrana no se saldrá del 4-4-2 o el 4-3-3 que utilizaba Ernesto Valverde. Sería una decisión apresurada desarmar lo que construyó el extécnico.
Queda claro que en el Barcelona con Setién el sistema podrá cambiar en algún momento, pero la filosofía nunca más.
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