Nadie quiere a Ousmane Dembélé. Es un jugador joven, apenas 22 años, tiene buen regate, maneja ambos perfiles, es veloz y tiene gol. Sin embargo, los problemas físicos que ha tenido en los últimos tres años (siete lesiones musculares), lo han convertido en un futbolista ‘sospechoso’ y ningún club, en un mercado a la baja a causa del COVID-19, está dispuesto a pagar un traspaso por él.
De acuerdo a la información que adelanta el diario ‘Marca’, ningún club está dispuesto a desembolsar 60 millones de euros, que es lo mínimo que pretende sacar el Barza por el francés; por lo que los azulgranas tendrán que cambiar de planes y quedarse con el ‘Mosquito’ al menos una temporada más.
Esta situación de Dembélé afecta de sobremanera su economía ya golepada a causa del coronavirus, pues al club le va a costar cubrir los 124 millones que tiene presupuestados en ventas, por lo que no puede aumentar las pérdidas por este concepto.
Así, en el Camp Nou tendrán que buscar hacer caja, casi de manera obligada, con futbolistas como Arturo Vidal, Rakitic o Umititi.
Un alternativa para el Barcelona y el jugador es la de incluirlo en otra operación, por ejemplo en la de Neymar, aunque desde luego depende si Dembélé quiere irse al club parisino. Así las cosas, lo más probable es que el cuadro culé tenga que quedarse con el francés.
Los dirigentes del equipo milanés saben que, ante la crisis financiera que atraviesa el Barcelona, Josep María Bartomeu y la dirección deportiva intentarán rebajar la cláusula de 111 millones de euros de Lautaro con jugadores como moneda de cambio.
En esa línea, el club ‘Nerozzurri’ quiere aprovechar la situación y poner a Dembélé en la mesa de negociaciones, según apunta la 'Gazzetta dello Sport’.
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