Una mano escandalosa del Villarreal en el área, que no terminó en en penal, despertó la furia de Gerard Piqué el último domingo en el estadio de La Cerámica. El central del FC Barcelona salió a quejarse públicamente de los árbitros, aunque nunca pensó toparse contra la pared.
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Y es que lejos de respaldar sus declaraciones, Luis Enrique ha marcado distancia con las opiniones del crack español y ha advertido en la conferencia de prensa previo al partido ante el Athletic Bilbao por Copa del Rey, que "cada miembro del vestuario tiene diferentes puntos de vista".
"Lo fácil es quejarse y llorar y decir esto y lo otro. Lo que opine Piqué es su opinión y ahí está. Ya es mayorcito. Cada uno ya sabe lo que tiene que decir o lo que debe decir", dijo el entrenador del FC Barcelona.
Aunque marcó distancia con Gerard Piqué, el entrenador asturiano no dejó de alabar las funciones que el central español cumple en el club, aunque no está precisamente feliz con el Piqué portavoz.
"Yo estoy encantado con el Piqué futbolista, profesional, jugador, para nosotros clave y vital. Cada uno tiene su manera de expresarse. Ustedes (la prensa) tienen que estar encantados. Tienen un filón inagotable", dijo.
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