Llegó en el 2014 proveniente de Portugal. El Atlético de Madrid había pagado 16 millones de euros por su pase y algunos ya se tomaban la cabeza. Era el arquero más caro en la historia de La Liga y tenía una tarea complicada: hacer olvidar a Thibaut Courtois, quien seguiría su carrera en la Premier League. Y así, un 16 de julio, empezaba el camino de Jan Oblak en el conjunto ‘colchonero’.
Después de una temporada en el Benfica, donde había compartido el arco con el brasileño Artur Moraes –e incluso había jugado con el Benfica B, para ganar minutos– la llegada de Jan Oblak no convencía del todo en el Atlético de Madrid. ¿Realmente era el adecuado para reemplazar a uno de los mejores porteros que había tenido el conjunto rojiblanco en los últimos años?
Su aterrizaje en Madrid coincidió con el de otro arquero: Miguel Ángel Moyá. El ‘Cholo’ Simeone lo tenía claro: para reemplazar al golero que se iba, había que generar competencia bajo los tres palos. De esa manera empezada la temporada, y el arquero español ganó el primer round. Sus años (30 por sobre los 21 de Jan Oblak) y conocimiento del torneo le dieron un punto a favor.
Así, el temor de los que se opusieron a su elevado costo empezó a confirmarse. La temporada entraba en su recta final y el esloveno no se levantaba del banco, a pesar de que Moyá tenía un nivel aceptable, no sobresaliente. Hasta el 17 de marzo del 2015.
El Atletico de Madrid enfrentaba al Bayer Leverkusen, por los octavos de final de la Champions, y una lesión de Moyá le terminó dando la oportunidad a Jan Oblak, quien hasta ese día solo había disputado un partido como titular: ante Olympiacos, también por la 'Orejona', con una derrota por 3-1.
Aquel partido en Grecia parecía confirmar lo que todos pensaban: la dirección deportiva se había equivocado eligiendo arquero. Pero la vida da segundas oportunidades, y el esloveno la tomó de la mejor manera posible. La lesión de su competidor marcó el despegue del que ahora es uno de los mejores arqueros del mundo. ¿O acaso el mejor?
Escaló a la cima
El sueño del Atlético de Madrid la Champions terminó en cuartos de final aquella temporada. Lo 'despertó' un desafortunado gol del 'Chicharito' Hernández, en la llave ante el Real Madrid, pero el ‘Cholo’ podía estar tranquilo: había encontrado al 'candado' que estaba buscando y que su estilo de juego necesitaba.
Desde el siguiente año, Moyá no pudo hacerle sombra. Jan Oblak empezaría a consolidarse como un seguro de vida para su equipo, gracias a sus principales virtudes: reflejos, achiques y juego aéreo y mucha seguridad.
Van cuatro temporadas como titular indiscutible en el Atlético de Madrid, y acaba de conseguir, precisamente, el cuarto Trofeo Zamora, el título al arquero menos batido de LaLiga (27). A pesar de competir contra Marc André ter Stegen y el propio Thibaut Courtois, quien volvió al Real Madrid, los números dicen que no hay portería más segura que la de Jan Oblak.
Es más, en esta edición de LaLiga, el esloveno ha ganado con un margen bastante holgado. El Trofeo Zamora se entrega según el promedio de goles recibidos, y el de Jan Oblak es 0.73 (27 goles encajados en 37 fechas). Debajo están el arquero del Barcelona, con 0.91 (32 en 35) y David Soria, de Getafe, con 0.92 (34 en 37).
¿Es Jan Oblak el mejor de todos?
Ahora que Iker Casillas, Gianluigi Buffon y Manuel Neuer están fuera del debate, Jan Oblak es uno de los grandes nombres que lideran el debate sobre el mejor portero del mundo, junto con Ter Stegen y Alisson –además de Ederson, Courtois y De Gea antes de su nefasto Mundial–.
Donde no hay debate posible es en la enorme influencia de nivel del golero esloveno en la propuesta del Atlético de Madrid. Aun con un fuerte énfasis en la defensa, muchas veces Jan Oblak es exigido y sus respuestas terminan siendo salvadoras. Para poder entenderlo en toda su magnitud, retrocedamos al 2017.
Fue ante el mismo rival, donde todo empezó: Bayer Leverkusen. El arquero ‘colchonero’ realizó una triple atajada en el Vicente Calderón, que lo hizo viral en todo el mundo. 'Atajadones' tiene siempre: tres veces en cuatro segundos, con los rematadores a tan poca distancia, parece algo de otro planeta.
Hubo otras gestas no tan espectaculares, pero de mayor magnitud. Por ejemplo, el recuerdo del penal atajado a Thomas Muller en el Allianz Arena, para canjear el boleto a la final de la Champions 2015/16, nunca pasará inadvertido para un personaje que empezó con más dudas que certezas y terminó con todo lo contrario. ¿Es Jan Oblak, 4 veces Zamora, el mejor arquero del mundo?
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