Cuando llegó desde Inglaterra había dos opciones. O se convertía en un goleador letal para el FC Barcelona o se dejaba llevar por lo sucedió con Giorgio Chiellini en el mundial de Brasil 2014. Felizmente para los ‘culés’, Luis Suárez mostró todo el potencial que ya había confirmado con la camiseta del Liverpool y ha sido un indiscutible, tanto para Luis Enrique como Ernesto Valverde.
Las estadísticas no mienten. Con 179 goles y 86 asistencias en 249 partidos como ‘azulgrana’, el ‘Pistolero’ ya es parte de la historia del club. Con solo decir que en la Liga Santander es el tercer máximo anotador (133), detrás de César Rodríguez (190) y Lionel Messi (419). Números que desde la temporada 2014/15 han conseguido que el uruguayo sea catalogado como el mejor ‘9’ del planeta.
Sin embargo, como a todo el mundo, los años empiezan a pesarle y la pólvora hace como si quisiera mojarse. Suárez ya no tiene la misma potencia física que sacaba a relucir en sus primeros años en España, ni tampoco la ‘maña’ para girar con el central de turno respirándole en la nuca. Sus piernas ya no son las mismas y los defensas y arqueros lo tienen, día a día, más controlado.
La ausencia de efectividad fuera de casa en la Champions League –torneo en que el Barcelona se siente con mucha responsabilidad– hace que las críticas se agraven. En sus últimos 18 viajes por el ‘Viejo Continente’, el ‘charrúa’ no ha anotado y obviamente que su equipo lo ha necesitado porque no es normal que para recordar un gol suyo fuera del Camp Nou a nivel europeo tengamos que rememorar hasta el 2015 en una visita a Roma (1-1).
La gran pregunta
Su doblete ante el Valencia regresando de la lesión ante el Athletic Club en la primera fecha ilusionó a todos. La rápida toma de decisiones hacía pensar que la versión 2018/19 del ‘Pistolero’ sería una renovada; sin embargo, los siguientes partidos mantuvieron una tendencia que es poco optimista para los fanáticos ‘azulgranas’.
Aunque sus números de la temporada pasada seguían siendo de élite (hizo 21 goles en la Liga Santander), la tendencia hace pensar que para esta no supere los 20 –desde la 2015/16 ha ido en bajada– por lo que la pregunta cae de madura. Ante la llegada de Antoine Griezmann ¿es necesario que el uruguayo sea titular indiscutible?
La prueba con Lionel Messi sano han sido claras. El francés por la banda izquierda, el uruguayo por el centro y el argentino por derecha con la libertad que merece, pero con la presencia de Ansu Fati y Ousmane Dembelé –dos extremos más puros– el movimiento del campeón del mundo hacia la zona de delantero centro podría no venirle mal al ‘Can Barca’.
El ‘Principito’, que todavía no encuentra el peso individual en el equipo que sí tenía en el Atlético de Madrid, acaba de pasar por el punto más alto de su carrera de la mano del ‘Cholo’ Simeone y Valverde haría mal de no aprovecharlo de cara al arco. Así, después de la primera conexión que mostró con el ‘10’ ante el Villarreal, la dupla podría ser letal en la ‘Ciudad Condal’.
Su compatriota Dembelé no ha comprado los boletos para entrar en el once, pero la confianza y la competitividad de no saberse suplente por descarte seguro que le darían algo de protagonismo. Y es que con niveles individuales tan bajos, la competencia interna podría generar buenas sensaciones en el tridente ofensivo que, de seguir con lo establecido, no tiene pinta de moverse.
Suárez sigue teniendo la calidad para pertenecer a la plantilla del Barcelona, pero no parece estar demostrando lo suficiente para ser un fijo en la oncena. Cambio de aires –Ansu Fati también es un buen recambio– podrían potenciar a un club que necesita sentirse renovado para competir en todos los frentes.
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