Sergio Ramos apenas ha disputado el equivalente a un partido, en tres capítulos diferentes, con la camiseta del París Saint-Germain, al que llegó hace medio año, acosado por las lesiones y por la precaución para evitar recaídas. Al defensa central, que en marzo cumple 36 años, le está costando imponer su estatura de leyenda en las riveras del Sena, aunque el club sabe que su aporte puede ser clave en los momentos determinantes de la competición y, sobre todo, en la Champions League, objetivo máximo de los propietarios cataríes.
Por eso, todo está preparado para que Ramos esté en plenitud de forma el próximo 15 de febrero, fecha del partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones contra el Real Madrid, el club donde forjó su mito y al que tendrá que enfrentar para seguir avanzando en Europa.
“Vivimos el presente planificando el futuro”, responde este viernes el entrenador, Mauricio Pochettino, de forma críptica, sin dar muchas pistas sobre el veterano jugador, que se entrena desde hace semanas con el resto de sus compañeros pero que no jugó, por decisión técnica, el último duelo contra el Lyon.
La lección es que, con Ramos, hay que ir “poco a poco”, sostiene el estratega argentino, que desea como nadie contar con la experiencia y personalidad del andaluz, pero que a principio de temporada ya vio como la precipitación no hizo más que retrasar su concurso.
Ramos debutó con la camiseta del PSG en Saint-Etienne el pasado 28 de noviembre: completó 90 minutos y su físico se resintió. El futbolista no regresó hasta el 19 de diciembre para jugar medio tiempo de un partido de Copa contra un Tercera División y cinco días más tarde entró en el segundo tiempo contra el Lorient, antes de ser expulsado a falta de cinco minutos para el final.
Los espectadores del Parque de los Príncipes todavía no han podido disfrutar de uno de los fichajes más sonados de esta temporada y aunque su nombre quedó algo ensombrecido por la llegada de Leo Messi, su popularidad sigue siendo alta.
Su ausencia contra el Lyon, un partido importante para los parisinos, denota que Ramos todavía no es una pieza clave en el vestuario y que el técnico ya no quiere más errores. “Las demandas son exigentes en el presente”, asegura el entrenador, que recuerda que Ramos “viene de inactividad grande, de muchos meses”.
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