No se entiende por qué no le expulsaron, pero son las cosas que pasan a veces en el fútbol. Sergio Ramos agredió a un rival en el minuto 52 del encuentro, cuando el Real Madrid tenía el partido en el bolsillo. El defensa del cuadro madridista – en medio de una discusión – usó su mano para golpearlo a la cara, a lo que el árbitro solo le puso la amarilla. Las imágenes hablen por sí solas en un ataque del zaguero hacia Schar. Para no creerlo.
Durante una jugada en el segundo tiempo en la que los locales reclamaban a Ramos que hubiera tirado el balón fuera por la lesión de Bakkali, los jugadores de ambos equipos acabaron enfrentados.
Entonces, Ramos saldó el enfrentamiento con un manotazo a la cara de Schär. Este cayó al suelo y encendió aún más el enfrentamiento, pero el árbitro decidió sacar únicamente una amarilla a cada uno de los dos, perdonando lo que pudo ser una expulsión del capitán blanco.
No obstante, ya para el final del encuentro, el capitán del Madrid se fue a las duchas por doble amarilla. No se entiende hasta qué punto puede un jugar seguir en el campo.