Impulsado por la reivindicación del portugués Joao Félix, pero sobre todo por la voracidad del uruguayo Luis Suárez, autor de su duodécimo tanto liguero en el día de su 34 cumpleaños, el Atlético de Madrid se impuso por 3-1 al Valencia, que hizo un planteamiento valiente, pero tuvo que doblegarse al líder.
Un golazo del serbio Uros Racic desde 25 metros premió la propuesta valencianista en los primeros diez minutos, pero las ganas de Joao por dar razones para ser un fijo en el once acabaron en el empate, y el gran ‘9’ de este Atlético, un Luis Suárez absolutamente diferencial para este equipo, acabó el trabajo, redondeado con el tanto final del argentino Ángel Correa.
El valor de Suárez para el Atlético es incalculable. Festejó sus 34 años volviendo a ser el gran impulso del líder, con el tanto con el que iguala con 12 al punta marroquí del Sevilla Youssef En-Nesyri al frente de la tabla, el séptimo en las últimas siete jornadas y clave para 15 de los últimos 21 puntos obtenidos.
Tan deslumbrante es la estrella de Luis Suárez, que su acompañante parece anecdótico, pero este domingo fue noticia, porque el técnico argentino Diego Simeone dio la alternativa en el once a Joao Félix después de tres jornadas saliendo desde el banquillo. También retornaron Koke al mediocampo y Mario Hermoso a la defensa.
Simeone le había reclamado en la víspera su mejor versión y a fe que el luso lo intentó desde el primer minuto con un chut cruzado en una bonita maniobra en la que se ayudó con el hombro. Le secundó Giménez, con un cabezazo tras un saque de esquina desviado por Jaume Doménech con el guante derecho, haciendo gala de reflejos.
El Valencia, que apenas ha conseguido 20 puntos en la primera vuelta pero venía de encadenar cinco partidos sin perder entre Liga y Copa, apostó por la velocidad de Yunus Musah, Denys Cheryshev y Manu Vallejo al ataque junto a Maxi Gómez para volver a sorprender a un equipo de arriba, como al Real Madrid (4-1) o al Barça (2-2).
La apuesta valencianista tenía riesgo, como ya había dejado claro Joao, pero la veloz conexión entre Cheryshev y Vallejo por la zurda pronto obligó a Oblak a sacar un chut del segundo, y cargando por la izquierda para castigar a Sime Vrsaljko -sustituto del sancionado Kieran Trippier-, empujaba al Atlético contra su portería.
Fruto de ese acogotamiento del líder desde el ataque zurdo valencianista, Gayá encontró a Racic solo a unos metros de la frontal, y el serbio se sacó un zurdazo fuerte y con rosca directo a la escuadra izquierda, imparable para Oblak. Un golazo de 25 metros.
Como en Eibar, al Atlético le tocó remar contracorriente. Por primera vez en Liga en su estadio -porque en Europa el Salzburgo ya le obligó a remontar- y ante un Valencia ambicioso que no se echó atrás. Pero este Atlético es líder porque es efectivo: en un saque de esquina de Lemar, Joao se adelantó a Thierry en el segundo palo y remató con la suela, sorprendiendo a Jaume, que puso la mano blanda.
El empate dejó un duelo de ida y vuelta con poca claridad. Cuando el Atlético atacaba con velocidad, le faltaba precisión, y en posicional, no tenía chispa. Solo Llorente, que vive el fútbol siempre con un plus de intensidad, vio oro en un mal control de Soler para chutar fuerte y obligar a Jaume a desviar. El Valencia no renunció a nada y tuvo un cabezazo tras un córner, de Diakhaby.
Simeone vio claro que el Valencia estaba haciendo fortuna por el pasillo de Vrsaljko y lo corrigió tras el descanso sacando a Lodi y cambiando a Carrasco de banda. También cambió Javi Gracia, por obligación por una lesión muscular de Diakhaby, pero también en las intenciones de su equipo, esperando atrás para salir a la contra.
La invitación a crecer la recogió el Atlético, primero con disparos desviados de Carrasco, y luego con la jugada que llevó al 2-1, indicativa del nuevo estilo: los centrales rojiblancos sacaron el balón desde la propia línea de fondo con apuros pero sin rifar el balón, Hermoso se sacó un espectacular pase en profundidad de 20 metros a la carrera de Joao y el luso asistió para Suárez, que chutó cruzado casi sin ángulo para regalarse un gol por su cumpleaños.
Contestar a una remontada del Atlético en el Metropolitano es, a día de hoy, casi imposible, y aan así el Valencia lo intentó, tanto Cheryshev como Maxi Gómez; pero el contraataque rojiblanco sentenció el duelo con un gol de Correa -que había sustituido a Joao- fruto de una carrera del incansable Llorente a pase al hueco de Carrasco. Un 3-1 que refuerza a un Atlético en su solidez de líder.
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