La Navidad, una época llena de recuerdos memorables y cuando toca al mundo del fútbol, puede generar momentos únicos y a veces sorprendentes. Un ejemplo de esto ocurrió el 25 de diciembre de 1937 durante un partido de la Liga de Inglaterra (antes de que se convirtiera en la Premier League), donde Charlton Athletic se enfrentó al Chelsea. Este encuentro es especialmente recordado por el caso de Samuel ‘Sam’ Bartram, el portero que, atrapado en una densa niebla, no se dio cuenta de que el partido había terminado, quedándose solo resguardando su arco en el campo de juego.
‘Sam’, nacido al sur de Inglaterra, el 22 de enero de 1914, en la década de los 30, era uno de los porteros más destacados de su liga. Formaba parte del equipo titular del Charlton en aquel Boxin Day, o partido que se juega el día posterior a la Nochebuena. Lo que paso aquel día se convirtió con el tiempo en un acontecimiento histórico, con Bartram como involuntario protagonista.
Bajo una densa niebla que cubrió Gran Bretaña horas antes del compromiso, muchos encuentros se suspendieron, pero el duelo entre los clubes mencionados en Stamford Bridge continuó, sumando una jornada más al torneo. A pesar de las adversas condiciones meteorológicas, la primera mitad del juego concluyó con un empate a un gol.
Finalmente, a los 15 minutos de la segunda mitad, el árbitro optó por suspender el juego debido a los problemas de visibilidad. Mientras los jugadores y los espectadores se retiraban pausadamente del estadio, Bartram, a quien nadie le había avisado y ajeno a la decisión del réferi, permaneció inmóvil bajo los tres palos durante un tiempo considerable.
El guardameta permaneció bajo su arco, alerta a cualquier acercamiento de un jugador contrario para evitar el gol. Con el paso del tiempo, la soledad empezó a inquietarlo, haciéndose preguntas como si era posible que su defensa fuera tan sólida que el Chelsea no hubiera logrado acercarse al área en los últimos quince minutos. Claramente, la respuesta era negativa.
Posteriormente, un oficial se aproximó a Sam para informarle sobre la suspensión del encuentro, expresando asombro: “Hace quince minutos que han suspendido el partido. ¡El estadio está totalmente vacío!”. Al volver al vestuario, aún incrédulo, el guardameta se encontró con sus compañeros que lo recibieron con bromas y risas. Este incidente se convirtió, con el paso de los años, en una de las anécdotas más célebres y narradas del fútbol europeo.
En 1956, Sam Bartram lanzó su autobiografía, donde describió con detalle lo acontecido en aquel partido con el Chelsea: “Cada vez veía menos y menos a los jugadores. Estaba seguro de que dominábamos el partido, pero me parecía obvio que no habíamos hecho un gol, porque mis compañeros hubieran vuelto a sus posiciones de defensa y yo habría visto a alguno de ellos. Tampoco se escucharon gritos de festejo”.
Sam Bartram, quien comenzó su carrera en Charlton a los 20 años, participó en 623 partidos a lo largo de dos décadas, retirándose a los 42 años como el jugador con más partidos jugados en la historia del club. También fue miembro del plantel que ganó el único título en la historia de la institución, la FA Cup de 1947. Hoy en día, una estatua suya adorna en las afueras del estadio del equipo.
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