La lamentable muerte de la reina Isabel II, ocurrida el jueves en su residencia en Balmoral, a los 96 años, ha causado una gran repercusión en Inglaterra y ni el fútbol ha podido ser ajeno a ello. Por este motivo, los encargados de la organización de la Premier League anunciaron este viernes que se ha pospuesto la séptima jornada de este fin de semana como “señal de respeto” por la desaparición de la ahora exmonarca.
Antes de la muerte de Isabel II, la fecha 7 de la Premier League estaba prevista a empezar el sábado 10 de septiembre en el estadio Craven Cottage con el encuentro entre Fulham y Chelsea a las 12 y 30 del mediodía (hora peruana).
“Para honrar su extraordinaria vida y contribución a la nación, y como señal de respeto, los partidos de este fin de semana de la Premier League serán pospuestos, incluido el partido del lunes por la noche”, señaló la competición en un comunicado que llegó al mundo a través de las redes sociales.
Además, adelantó que se actualizarán en su debido momento los calendarios de las próximas jornadas que tengan lugar durante el período de luto nacional. El máximo responsable de la Premier League, Richard Masters, señaló que los clubes desean “rendir tributo al largo e inquebrantable servicio de Su Majestad a nuestro país.
“Como monarca más longeva, ha sido una inspiración y deja un increíble legado tras una vida de dedicación. Es un momento muy triste no solo para la nación, sino para millones de personas en todo el mundo que la admiraban, y nos unimos a quienes lloran su muerte”, señaló.
Este sábado estaba previsto que se disputaran los encuentros Fulham-Chelsea, Bournemouth-Brighton, Leicester-Aston Villa, Liverpool-Wolverhampton, Southampton-Brentford y Manchester City-Tottenham; el domingo Arsenal-Everton, West Ham-Newcastle y Crystal Palace-Manchester United; y el lunes el Leeds-Nottingham.
Esta determinación se produce después de que este jueves se disputarán los partidos de las competiciones europeas (Europa League y Conference League) con equipos británicos implicados.
El deterioro de la salud de la monarca se aceleró en los últimos días. El martes había recibido al primer ministro dimisionario, Boris Johnson, y a su sucesora, Liz Truss, en su castillo escocés de Balmoral, renunciando por primera vez en su largo mandato a celebrar este acto protocolario en Londres, para evitar un viaje de 800 km.
Dos días después, la casa real anunciaba que sus médicos estaban “preocupados por la salud de su majestad y recomendaron que permanezca bajo vigilancia médica” en Balmoral. Vale recordar que la salud de Isabel II empezó a preocupar al país cuando el pasado 20 de octubre, tras cancelar un viaje oficial a Irlanda del Norte y aceptar a regañadientes el consejo médico de guardar reposo, pasó una noche hospitalizada para someterse a unas pruebas médicas cuya naturaleza nunca se precisó.
Desde entonces tuvo que renunciar a eventos como la conferencia de la ONU sobre el clima, en noviembre de 2021 (COP26) en Glasgow o el tradicional discurso del trono con que cada año inauguraba la nueva sesión parlamentaria, una de sus funciones constitucionales más importantes que dejó a cargo de Carlos.
Entregada a su cargo con cuerpo y alma, había sobrellevado la pandemia, la devastadora muerte de su marido Felipe y las diversas crisis de la familia real. Entre ellas, el “Megxit”, el exilio de Enrique y Meghan a Estados Unidos, desde donde acusaron a la realeza de ser insolidaria y racista, cuestiones que la soberana prometió tratar en privado.
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