Era como si el tiempo se hubiera detenido. Cristiano Ronaldo parecía flotar por encima de la portería de Emil Audero. Fueron solo un par de segundos, aunque daba la sensación de que sean más –“Estuvo en el aire durante hora y media”, dijo Claudio Ranieri, técnico de la Sampdoria-. A menos de dos meses de cumplir 35 años, ‘CR7’ saltó 2,56 metros (once centímetros más que el récord de salto alto impuesto por el cubano Juan Sotomayor en 1993) para cabecear un centro de Alex Sandro y darle la victoria a la Juventus (2-1) ante la la ‘Samp’ por la Serie A.
Repasemos brevemente la jugada: el cronómetro marcaba el minuto 45 del primer tiempo. El brasileño Alex Sandro recibe un balón por la banda izquierda, controla y saca un centro al segundo palo. El remate del defensor parece ser muy pasado, elevado. Tanto así que Nicola Murru, lateral derecho de la ‘Samp’ que había cerrado su posición hasta casi el vértice del área chica, retrocede un poco para intentar despejar. Murru de metro 81 no se dio cuenta nunca que detrás de él llegaba Cristiano y se impulsaba como si tuviera dos resortes en los pies. No se dio cuenta hasta que tuvo la cintura del luso en sus hombros. Cuando se percató ya era tarde.
Ronaldo había despegado sus pies del césped 71 centímetros para hacer productivo un centro mal calculado de su compañero. Un registro que, según el medio italiano “Sky Sports”, supera por uno el rango de salto promedio entre los jugadores de la NBA, la liga de básquet estadounidense donde se encuentran basquetbolistas de élite. ‘CR7’ no respetó la física ni la gravedad, pero el fútbol si tuvo reverencia con él: ese fue el gol del triunfo, a pesar de que se jugó 45 minutos más.
Como tantas veces, Cristiano
No es la primera vez que Cristiano Ronaldo demuestra sus dotes físicos para realizar un salto anormal en cualquier otro atleta en el mundo, pero común en él. En el 2013, con 29 años, se elevó 2,93 metros para anotar un golazo ante el Manchester United por la Champions League. El defensor francés Patrice Evra vio como el entonces jugador del Real Madrid ponía sus rodillas a la misma altura que sus hombros. El portugués anotó dos tantos en aquella llave que el cuadro español ganó 3-2 (1-1 en la ida; 2-1 en la vuelta).
Casi un año después, en enero del 2014, el portugués volvió a realizar un salto asombroso. Esta vez fueron 2,44 metros frente al Osasuna por la Copa del Rey, aunque su cabezazo no terminó en gol. El conjunto madridista terminó ganando 2-0 y accediendo a los cuartos de final del torneo.
El último, antes del convertido este miércoles, se dio en la Eurocopa 2016. ‘CR7’ brincó 2,42 metros ante Gales de Gareth Bale para abrir el marcador en la victoria de su selección (2-0) en semifinales. Un gol que valió para llegar a la final y en esa instancia vencieron a Francia para ser campeones de Europa.
Un experimento para tratar de igualar lo hecho por Ronaldo
En julio pasado dos youtubers ingleses escenificaron una performance en el centro de Londres basada en el gol de Cristiano Ronaldo al Manchester United: esa icónica fotografía que quedó grabada en los amantes del fútbol en la que una rodilla del luso estaba a la altura de la cabeza de Patrice Evra. Por entonces se dijo que el portugués había alcanzado los 2,93 metros de altura.
En la capital inglesa se puso a esa altura la pelota y decenas de personas intentaron siquiera rozarla. Solo lo consiguió un tipo que calzaba unos botines armados con propulsores. La imaginación de los publicistas siempre va más allá de la realidad. Cristiano hizo de un salto alucinante algo común en él.
Explicación de expertos
El éxito de Cristiano Ronaldo en las alturas es conocido, en parte, debido a sus características físicas: 1,85 metros de altura, 80 kilos y un perímetro de muslo muy superior a la media. Esas son -según los expertos en física deportiva de “Ranking Castrol”, un sistema que usa fórmulas matemáticas que evalúan la actuación de cada jugador- las ventajas que hacen del luso el jugador que más alto salta en el mundo.
De acuerdo con los científicos, cuando el futbolista de la Juventus se eleva sin empuje y sin la ayuda de sus brazos, no alcanza más de 44 centímetros. Sin embargo, en situación de juego, Ronaldo llega a subir 78 centímetros del suelo, una altura superior a la media de los jugadores de baloncesto de NBA.
Pero la técnica también importa. “Cuando Cristiano salta usualmente levanta las rodillas y las piernas hacia la parte trasera de su cuerpo. Esa posición le permite elevar el centro de gravedad un tiempo suficiente para permanecer en el aire unos segundos, recibir el balón y cabecearlo”, explicó el físico Carlos Fiolhais para el sitio brasileño “O Observador”.
“Toda vez que un jugador brinca empieza en una posición y velocidad iniciales. Con el ascenso la velocidad es el factor fundamental que garantiza la altura del jugador (la altura máxima es proporcional al cuadrado de esta velocidad). La mitad del tiempo de un salto es invertida en el punto más alto, mientras la otra mitad del tiempo es dividida entre los tiempos de ascensión y de descenso. Como está más tiempo en la parte más alta del salto, el espectador tiene la sensación que el jugador flota”, añadió.
Por lo tanto, la eficiencia de los saltos de Ronaldo se debe, entre otros factores, a la técnica y a la fuerza de los músculos, que dan el empuje necesario. “En los músculos de los miembros inferiores, el jugador utiliza gran parte de la energía para saltar”, resaltó el físico brasileño.
Pero además de la fuerza, otro factor es clave para que el futbolista esté en el lugar correcto en la hora de cabecear el balón: la experiencia. “El adivina donde el balón va a caer, calculando el momento cierto del salto. Esa es una noción intuitiva que él mismo no logrará explicar, pero que todos vemos. Está en el lugar correcto en el momento preciso. Digamos que sabe leer el partido; es decir, tiene una atención permanente a la posición y a la velocidad del balón, así como a las posiciones de sus compañeros”, finalizó Fiolhais.