Hace aproximadamente 16 años, la prensa internacional centró toda su atención en la Serie A y ya hablaba de un nuevo Ronaldo. Se trataba de un delantero brasileño con un físico sobrehumano, que dominaba una zurda letal y una técnica propia. Jugaba en el Inter de Milán y su nombre era Adriano Leite, un crack del balompié que todo el mundo llegó a apodar como ‘El Emperador’. Sin embargo, su carrera futbolística no fue regular, ya que esta se amansó en 2006, justo después de la muerte de su padre.
Este golpe mortal lo dejó tocado y hundido, a tal punto que en el 2017, Javier Zanetti salió al frente y reveló detalles inéditos de la vida del ex futbolista ‘Nerazzurri’. Muchos medios de comunicación recuperaron la historia del declive de Adriano, luego de que el argentino aseguró que su mayor derrota es “no haber podido salvar” a su amigo, algo que intentó con todas sus fuerzas cuando compartían vestuario en el conjunto italiano.
“Justo cuando llegó al Inter marcó un golazo increíble en un amistoso contra el Real Madrid. Entonces me di cuenta de que podía ser el nuevo Ronaldo. Lo tenía todo: físico, talento y velocidad”, mencionó el ‘Pupi’.
Y agregó: “Adriano venía de las favelas y eso me daba miedo. Sabía los problemas que puede provocar el tener mucho dinero en gente que había vivido situaciones de pobreza. Por eso, cada día después de los entrenamientos quería saber que es lo que él iba a hacer o si tenía pensado salir de noche, porque me preocupaba que pudiese tener problema”.
Según informó Tutto Mercato, el ‘Pupi’ se encontraba delante cuando la vida de su ex compañero cambió de manera abrupta: “El padre de Adriano era quién mantenía la raya. Sin embargo, en un principio de la temporada (2006), ocurrió algo insospechable. Recibió una llamada de Brasil y le dijeron que su padre había fallecido. Eso es algo que te puede cambiar para siempre”.
“Cuando recibió la llamada telefónica sobre la muerte de su padre, estábamos en la habitación. Descolgó el teléfono y comenzó a gritar de una forma que nadie puede imaginar. Todavía me estremece”, reveló.
En ese instante, el argentino se sintió más unido al brasileño y comenzó a cuidar de él. “Desde ese día, Massimo Moratti y yo lo tratamos como a un hermano menor. Él continuó jugando al fútbol, anotando y dedicando sus goles a su padre al señalar el cielo. Pero después de esa llamada telefónica, nada fue igual que antes”, aseveró. Sin embargo, admitió que no pudieron salvarle: “No pudimos sacarlo del túnel de la depresión y esa fue mi mayor derrota, me sentí impotente”.
En el Inter de Milán, todos estaban convencidos de las grandes cualidades futbolísticas que tenía Adriano, a tal punto de llegar a pensar que sería tan bueno como Ronaldo, al que consideraban como su heredero. “Una noche, Iván Córdoba compartió una habitación con él y le dijo que era una mezcla entre Ronaldo y Zlatan Ibrahimovic y le preguntó si sabía que se convertiría en el mejor del mundo. Cuando marcó ese gol en el Real Madrid, me dije a mí mismo que habíamos encontrado el nuevo Ronaldo”, finalizó.
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