Después de haber confirmado en el Mundial de Rusia 2018 todo lo bueno que había mostrado durante sus dos temporadas en la Sampdoria, la llegada al Arsenal parecía ser ese salto de calidad que Lucas Torreira necesitaba para despegar su carrera. Sin embargo, han pasado tres años desde aquel traspaso y todo ha ido en caída libre para el uruguayo. Ni siquiera su estadía en el Atlético de Madrid durante la temporada pasada le permitió recuperar el nivel que algún día lo llevó a ser considerado el mejor recuperador de balones de la Serie A.
Sin la consideración de Diego Pablo Simeone y un estado anímico en recuperación tras el fallecimiento de su madre, Lucas Torreira acaba ser prestado por el Arsenal a la Fiorentina, en una transacción con un costo de 1.5 millones de euros y una opción de compra definitiva tasada en 15 millones. Volver al fútbol italiano parece ser una decisión acertada, pues con 25 años, el uruguayo aún tiene mucho camino por recorrer. Asimismo, con las Eliminatorias para Qatar 2022 a la vuelta de la esquina y con Óscar Washington Tabárez cada vez más dubitativo a la hora de armar el mediocampo de la selección de Uruguay, tiene la obligación de recuperar su mejor nivel para pelear por un puesto –jugadores como Federico Valverde, Matías Vecino y Rodrigo Bentancur parten con mayor ventaja–.
En el fútbol italiano no solo mostró su mejor nivel, sino también fue el punto de partida para construir su carrera en Europa tras un difícil comienzo en Uruguay. Tal como reza la frase “todos vuelven donde fueron felices”, Lucas Torreira, si bien no regresará a Génova –ciudad a donde pertenece la Sampdoria–, recorrerá 250 kilómetros hacia el norte de Italia hasta llegar a Florencia y recuperar la sonrisa que alguna vez tuvo en el club más importante de dicha ciudad.
Lucas Sebastian Torreira Di Pascua (Fray Bentos, Río Negro, Uruguay 11 de febrero de 1996) comenzó a hacer sus primeras gambetas en la Institución Atlética 18 de Julio. Con la ‘10’ en la espalda, el hijo de Ricardo Torreira y Viviana Di Pascua era el jugador más habilidoso de las categorías inferiores del club de Fray Bentos, especialmente porque aprovechaba su menudo tamaño para escurrirse con facilidad entre las infinitas piernas que intentaban detenerlo.
Claudio Torreira, uno de los cinco hermanos de Lucas, también había intentando ser futbolista profesional. Sin embargo, la escases de dinero lo privaron de llegar a Primera División a pesar de que tenía condiciones. Por tal motivo, Ricardo se prometió así mismo que esto no pasaría con otro de sus hijos, que al igual que Claudio, recorrió más de mil kilómetros para probar suerte en dos de los clubes más importantes de la capital: Peñarol y Wanderers.
Una vez instalado en Montevideo, fue Wanderers quien apostó por Lucas Torreira cuando tan solo tenía 17 años. No obstante, quedarse en la ciudad significó un tremendo esfuerzo para su padre, quien además de tener que trabajar en el mantenimiento de un hotel con horarios inflexibles, tuvo que destinar casi todo su sueldo en el alquiler de una habitación para él y su hijo.
Todo cambió de un momento a otro para la familia Torreira cuando, además de comenzar a recibir un sueldo de 13 mil pesos por parte de Wanderers, un convenio del club con el Pescara le ofreció a Lucas la posibilidad de irse a probar a Italia. “Al final de la temporada Wanderers iba a llevar cuatro jugadores al Pescara. Yo no estaba seleccionado entre ellos pero como había jugado bien y había estado en la selección sacaron un pasaje más y me llevaron”, contó el uruguayo en 2018.
Tras dos semanas de prueba con los ‘Biancoazzurri’, Lucas Torreira se dio el lujo de convencer Massimo Oddo, campeón del Mundo con Italia en 2006, quien era el director técnico de la reserva del club. Al tener pasaporte comunitario gracias a los origines españoles por parte de su abuelo, no tuvo problemas en quedarse. Eso sí, a diferencia de Sudamérica, los ‘10’ en Italia son muy escasos, razón por la cual tuvo que retrasar su posición para jugar en el centro del campo.
Lucas Torreira, como todo juvenil, comenzó jugando en el Torneo Primavera. Sin embargo, para el cierre de la temporada 2014-15 se le abrió una oportunidad. Como el técnico del primer equipo fue destituido y Massimo Oddo fue colocado en su lugar, tuvo un espacio asegurado en el mediocampo. Fue tan contundente su aparición en la Serie B que, pese a que no consiguieron el ascenso, muchos equipos preguntaron por él tras su primeros cinco partidos como profesional.
En la Sampdoria no perdieron el tiempo y lo ficharon, pero como aún tenía 19 años, lo dejaron una temporada más en el Pescara para que continuase teniendo minutos y llegue a Génova con mayor rodaje. La decisión de quedarse en la Serie B para el curso 2015-16 fue una muy buena para la carrera de Lucas Torreira, pues además de adueñarse del titularato y anotar 6 goles, consiguió el ascenso a la Serie A al superar al Novara y al Trapani en los play-off –coincidiendo en esta etapa con Gianluca Lapadula, goleador del torneo con 30 tantos–.
La primera temporada de Lucas Torreira en la Sampdoria fue muy irregular, especialmente porque sufrió algunas lesiones, continuó alternando con la reserva y acumuló tarjetas amarillas que lo dejaban suspendido. Pese a todo, el mediocampista jugó 35 partidos dejando huella para lo que sería su siguiente campaña: 2.8 entradas y 2.5 intercepciones por partido.
Para la Serie 2017-18, Lucas Torreira ya era dueño del mediocampo del equipo de Marco Giampaolo. Jugó un total de 35 encuentros partiendo básicamente como pivote en un 4-4-2 con rombo en el centro. Su desempeño no fue ajeno para los ojos de Óscar Washington Tabárez y lo comenzó a llamar para disputar los amistosos previos al Mundial de Rusia 2018.
La Copa del Mundo le sirvió a Lucas Torreira para consolidar su carrera a nivel internacional, teniendo mayor exposición gracias a los cinco partidos que jugó –tres de ellos como titular–. El Arsenal, que desde Londres había estado atento a cada uno de sus minutos en el torneo, lo compró por 30 millones de euros. Tras su participación mundialista, el Emirates Stadium lo estaba esperando.
Durante las dos temporadas que estuvo en la Premier League, Lucas Torreira acumuló números importantes en cuanto a partidos en todos los torneos que el Arsenal disputó –incluso llegaron a la final de la Europa League 2018-19, la cual perdieron ante el Chelsea–. No obstante, Unai Emery, Freddie Ljungberg y Mikel Arteta –los tres técnicos que tuvo en el Arsenal– no supieron sacar su mejor versión. Sin minutos y con un contrato vigente hasta 2023, la mejor alternativa era salir prestado.
A lo lejos, con su amigo José María Jiménez en el plantel, el Atlético de Madrid apareció para rescatarlo. Con una metodología más estricta y un estilo de juego que se apegaba a sus características, el ‘Cholo’ Simeone parecía ser ese agente de cambio que Lucas Torreira necesitaba para recuperar el tiempo perdido en Londres.
Lamentablemente las cosas continuaron saliendo mal. La pandemia, el excelente de estado de forma de sus competidores en el puesto y un cambio de sistema sobre la marcha en LaLiga, hicieron que, en lugar de jugar más partidos que en el Arsenal, Lucas Torreira tome un papel estrictamente secundario con los ‘Colchoneros’. Sumado a eso, el fallecimiento de su madre en marzo de 2021 lo llevó a pedir licencia en el club para poder recuperarse anímicamente.
Después de disputar la Copa América 2021 siendo más suplente que en el Atlético de Madrid, fichar por la Fiorentina parece ser esa luz al final del túnel que tanto estaba buscando Lucas Torreira. El conjunto ‘Viola’, que quedó décimo tercero en la temporada pasada, sueña con recuperar los aires del pasado y regresar a algún torneo internacional. Si el de Fray Bentos quiere volver a sonreír como alguna vez lo hizo con la Sampdoria, tendrá que convencer al técnico Vincenzo Italiano que puede serle útil. La Serie A ya conoce de su calidad.
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