Cosas que pasan en el fútbol. Diego Maradona, el arquero argentino Cristian Campestrini y el club Dorados de Sinaloa, son protagonistas de una historia realmente novelesca.
Maradona, cuando todavía era presidente del Dínamo Brest de Bielorrusia, contactó al arquero argentino Campestrini, quien era figura y capitán del Dorados de Sinaloa, para que sea refuerzo del club que presidía.
Por ese motivo, a pesar de que Dorados le ofreció renovar contrato, Campestrini les dijo que "no, gracias", pues ya estaba alistando las maletas para jugar en Europa y en un equipo que tenía a Maradona a la cabeza.
Pero luego, el club de Sinaloa ofreció el puesto de entrenador a Diego Maradona, este aceptó, dejó su cargo de presidente del Dinamo Brest y dejó colgado a Campestrini, quien ahora se quedó sin club y sin trabajo.
"Tengo muchísimas sensaciones porque uno era capitán de Dorados, yo estaba muy bien, tuve la suerte de regresar al fútbol mexicano donde el club me daba la posibilidad de renovarme un año más. La verdad que te pasan mil cosas por la cabeza, pero siempre sabiendo que por algo pasan y uno siempre trata de verle lo positivo, de seguir entrenando, de no caerse anímicamente", dijo el golero argentino al portal Mediotiempo.com de México.
Campestrini, de 28 años, dijo que no le guarda rencor a nadie y espera que Maradona se comunique con él, mientras tanto sigue trabajando para no perder la forma física.
"Sigo confiando en Maradona. Las cosas cambiaron su rumbo así, lamentablemente uno no sabe lo que puede pasar en el destino y lo que se viene. Confío en que trató de siempre serme leal y sincero desde las cosas que me decía cada vez que podíamos hablar", expresó.
“Acepté todo de buena fe, con mucha ilusión de poder seguir creciendo en mi carrera, no me arrepiento de nada. Sí (molesta) estar en esta situación incómoda, porque uno tuvo la suerte de jugar toda la vida a este deporte; pero arrepentimiento, rencores, para nada", aclaró.