La victoria de Italia sobre Austria (2-1), en el marco de los octavos de final de la Eurocopa, ha dejado un curioso hecho cuyo protagonista es nada menos que el autor del primer gol, Federico Chiesa. El hombre de la Juventus que rompió el cero en el estadio londinense de Wembley cerró un círculo abierto por su padre Enrico Chiesa, también futbolista, quien como el hijo vivió la alegría de marcar en el torneo continental hace 25 años. Es la primera vez que padre e hijo marcan en las Eurocopas.
Era la edición inglesa de 1996 cuando Enrico Chiesa, entonces jugador de Sampdoria, firmó un gran gol al contragolpe ante República Checa en Liverpool. El último sábado tocó a Federico vivir la misma alegría, al firmar el gol del 1-0 en la prórroga para acabar con el sufrimiento de la selección de Italia.
Su padre era un número ’10′ de gran técnica y jugó con Fiorentina, Sampdoria, Lazio o Parma, con el que conquistó la Copa UEFA de 1999; su nombre podía representar una presión añadida para Federico, nacido en 1997, pero el extremo juventino ha demostrado tener carácter para saberla gestionar.
Crecido en el Fiorentina, Chiesa impresionó desde sus primeros días en la Serie A. En 2016, el entonces técnico del club toscano, Paulo Sousa, le lanzó como titular en el Allianz Stadium contra el Juventus vigente campeón de Italia y el joven chico, de 18 años, fue protagonista de una prestación asombrosa por la banda derecha.
Dejó impactado al Juventus, que cuatro años después le ficharía por cincuenta millones de euros para potenciar las bandas de su equipo. En su primer año, Chiesa marcó catorce goles en 43 partidos y anotó tres goles en los octavos de final de la Champions contra el Oporto, sin poder evitar la eliminación de su equipo.
Este sábado en Wembley, con una Italia en estado de confusión, asustada por una Austria que tuteó a los “azzurri” y que estuvo a punto de hundirlos, Mancini dio paso a Chiesa a falta de cinco minutos para el final y el talento italiano le devolvió la confianza.
En el quinto minuto de la prórroga, recibió en el área un centro de Leonardo Spinazzola, mantuvo la calma, regateó a David Alaba y fulminó al meta con un potente zurdazo. Fue el 1-0 que liberó a Italia de la presión y que propició un triunfo por 2-1 que permitió al equipo “azzurro” meterse en los cuartos de final, con el récord de 31 partidos sin derrota incluido.
Y el gol fue además el cierre de un círculo abierto por Enrico Chiesa hace 25 años, con esa diana en Anfield ante República Checa. Si en 1996 el camino europeo de Italia se acabó con una eliminación en la fase de grupos, este año Italia logró progresar, de la mano de Chiesa, hasta los cuartos de final.
Con la información de EFE
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