No se trata de una simple anécdota. Lo que pasó en las urnas de Egipto es una clara muestra de que hoy el país solo respira fúbol, tras volver a una Copa del Mundo luego de 28 años. Y el artífice de esa hazaña fue Mohamed Salah, a quien los egipcios lo quieren, incluso, como presidente. Así como lo lee, el delantero del Liverpool logró casi un millón de votos en las urnas.
Entre el lunes y miércoles, los egipcios celebraron sus elecciones presidenciales. Los candidatos fueron dos: Abdel Fattah Al-Sisi y Moussa Mustafa Moussa. El vencedor fue el primero con el 92% de los votos, pero contra toda lógica, Mustafa fue 'tercero' con el 3%. ¿Cómo así? Salah apareció en las cédulas, terminando con el 5% de las preferencias, según información de 'The Economist'.
Casi un millón de ciudadanos de ese país optaron por tachar los rostros de ambos candidatos y escribir el nombre del hombre que los puso en el Mundial de Rusia 2018.
En Egipto ya nadie usa las camisetas de Lionel Messi o Cristiano Ronaldo, todos (absolutamente) visten la ‘11’ del Liverpool, la cual se mezcla con la roja de Egipto, a la que Salah se encargó de devolverla en el Mundial después de 28 años (anotó el gol de la clasificación, en el último minuto, ante Congo). “Es el personaje más popular de Egipto. Todos se identifican con él, lo puedo asociar a lo que vivió Argentina con Diego Maradona. Es algo increíble”, describió Héctor Cúper, DT de los ‘faraones’, que solo perdieron dos de los ocho partidos en las últimas eliminatorias africanas.
Es tan increíble el fenómeno Salah en Egipto, que viene generado que el gobierno tenga mejorías en la educación, se interese en el deporte o que reactive el turismo. Todo gracias al ‘Faraón’, quien además colabora con distintas obras sociales: lidera una fundación para niños con enfermedades terminales y apoya campañas de igualdad para la mujer.