Los entrenadores son parte de la identidad de un club. El estilo de juego que proponen para sus jugadores termina calando en el sentimiento de los aficionados y propios futbolistas. Esta relación muchas veces se estrecha por diversos motivos, por lo que sería extraño ver a tal personaje dirigiendo a otro equipo de dicho país ¿A quiénes no nos imaginamos haciendo esto?
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Es cierto que ya es muy difícil mantenerte en una institución por muchos años. Vivir en la época de la modernidad líquida genera movimientos constantes de las personas a distintos lugares de trabajo. Sin embargo, el respeto al sitio donde te han abierto las puertas siempre es de agradecidos.
En el fútbol, deporte que mueve mucho sentimentalismo, los entrenadores deben ser conscientes de esto. La relación generada con los hinchas es muy fuerte, en muchos casos, y romper la confianza es visto como una traición por parte de fanáticos en cualquier parte del mundo.
Se dice, con razón, que el fútbol es lo más importante de lo menos importante. Esta frase popular cala en las prioridades de muchas personas relacionadas al deporte rey y, al final, respetar ese vínculo es de muy buenos profesionales.
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