El jueves último, el mundo del fútbol se vio sacudido por la noticia de la posible implementación de la tarjeta azul por parte de la International Football Association Board (IFAB), la entidad encargada de establecer y mantener las reglas del fútbol. Esta nueva medida contemplaría una expulsión temporal de diez minutos para los jugadores que incurran en protestas excesivas contra el árbitro o cometan faltas graves. Sin embargo, la FIFA aclaró rápidamente que la información era prematura, señalando que la propuesta aún se encuentra en una etapa de prueba y análisis. La decisión definitiva sobre la introducción de esta cartulina se espera para el 2 de marzo, durante la asamblea general de la organización mencionada, donde también se discutirán otras posibles nuevas normas.
Antes de todo, hay que tener presente que laIFAB es la entidad encargada de establecer y actualizar las normativas del fútbol a escala global. Establecida en 1886, esta entidad es integrada por las cuatro federaciones de balompié del Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte), junto con la FIFA, la cual representa a todas las demás federaciones nacionales.
En el mundo futbolístico, el tema de la tarjeta azul ha provocado un intenso debate, con opiniones divergentes sobre su utilidad y pertinencia. A pesar de ello, la FIFA ha destacado la importancia de llevar a cabo pruebas responsables antes de implementar esta medida, especialmente en niveles inferiores del deporte.
En esa línea, desde hace un tiempo, se han estado realizando pruebas experimentales con esa cartulina, en niveles juveniles del fútbol en Suecia y Gales. Aunque los resultados hasta ahora parecen prometedores, la FIFA hace hincapié en la importancia de actuar con prudencia y responsabilidad antes de llegar a una conclusión definitiva.
Como se mencionó, la decisión sobre la implementación de la tarjeta azul se tomará durante la próxima Asamblea General Anual de la International Football Association Board, el 2 de marzo. Sin embargo, en esa misma fecha también se debatirán y se sentarían otras normativas y reglas que podrían tener un efecto transformador en el fútbol.
Además de discutir la posible introducción de la tarjeta azul, la IFAB, en la asamblea citada, considerará una serie de reglas. Una de estas medidas incluye la limitación del tiempo de posesión de los porteros, quienes solo podrán retener el balón durante un máximo de seis segundos. En caso de exceder este límite, el equipo completo será sancionado con un saque de esquina en su contra.
Por otro lado, se contemplará la propuesta de permitir únicamente a los capitanes comunicarse con el árbitro en situaciones de controversia durante el partido. En cuanto a la tecnología, también se planea ampliar el alcance del VAR para incluir intervenciones adicionales en situaciones como saques de esquina, faltas y segundas amonestaciones.
La tarjeta azul no llega para reemplazar a otra cartulina, sino para sumarse a las ya existentes (la amarilla y la roja). El castigo sería la expulsión temporal del campo de juego, por diez minutos, y se utilizaría concretamente en jugadas en las que se corta un ataque prometedor o por protestas excesivas contra el árbitro sin incurrir en aquello que da para recibir una roja.
Además, la tarjeta azul sería acumulable al igual que la amarilla, lo que significa que la combinación de dos azules o una azul y una amarilla se verían traducidas en una cartulina roja. La norma nace con el objetivo de limitar la cantidad de protestas que reciben los jueces durante el desarrollo de los compromisos. Es una advertencia fuerte para que el juego no sea interrumpido constantemente.
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