De estrella a estrellado. Así se puede resumir lo que fue la carrera del delantero Freddy Adu, un futbolista norteamericano de origen ghanés, que con solo 14 años debutó en la recién creada Major League Soccer, pero que hoy en día es el vivo ejemplo de como, muchas veces, el fútbol puede destruir ídolos con demasiada facilidad, enviándolos al ostracismo.
Adu fue llevado a los 13 años a Estados Unidos, donde en seguida firmó el contrato más caro de la MLS, además de un millonario contrato con la marca deportiva Nike. Y solo un año después, en el 2004, debutó en el liga con el DC United, siendo el deportista más joven en estrenarse en una competición oficial en EE.UU. Una estrella del balompié había nacido, por fin, en el país de las hamburguesas y el béisbol.
Dos años después del debut, le tocó hacerlo con la selección nacional en un amistoso frente a Canadá. Aquel encuentro le valió ser catalogado, incluso, como el "nuevo , y desde ese entonces fue que comenzó su declive. Demasiados halagos y demasiada presión para un jugador que, a tan corta edad, no había demostrado nada aún en una liga que recién daba sus primeros pasos.
En el DC United se quedó tres temporadas, en las que marcó 18 goles en 84 partidos, para luego ser cedido al al Real Salt Lake. Solo 10 partidos después, pegó el salto a Europa, al Benfica. Con las 'Águilas' jugó 19 encuentros y consiguió solo dos goles. Desde ese momento, su carrera deportiva se convirtió en un constante viaje por muchos equipos, pero sin lograr consolidarse en ninguno de ellos. Mónaco, Os Belenenenses, Aris, Rizespor, Philadelphia Union, Bahía, FK Jagodina, entre otros, fueron los cuadros por los que pasó. En el 2015, consciente de que ya todo había terminado, Adu decidió dar un paso al lado y buscar algo de tranquilidad en casa, aunque en la segunda división. Así, no lo pensó dos veces cuando se le presentó la oportunidad de fichar por los Tampa Bay Rowdies, donde tampoco ha sabido brillar.
Ahora, en plena decadencia, utiliza las redes sociales para promocionar productos que nada tienen que ver con el fútbol: vender aspiradoras sin cables. Así terminó el brillante futuro deportivo de Freddy Adu, a quien EE.UU. convirtió en ídolo de masas, pero que se perdió en una larga y progresiva caída.