Ni siquiera la sensación térmica de 30 grados de Barranquilla pudo sofocar el ímpetu de Universitario de Deportes. El cansancio por el desgaste físico y los calambres en las piernas producto de la intensidad del partido quedaron de lado cuando los jugadores escucharon el pitazo final. El 1-1 ante Junior era un resultado positivo: no solo les permitió sumar cuatro puntos en el Grupo D de la Copa Libertadores, también reafirmó el buen momento del club en el plano nacional e internacional. Y conseguir un equipo competitivo en los dos frentes, que mantiene el invicto desde que empezó la temporada y apenas recibió cuatro goles en contra, es un mérito colectivo que tiene un genio detrás del telón: Fabián Bustos.
El técnico argentino llegó de emergencia a Universitario para ocupar el lugar dejado por Jorge Fossati, quien en iba a ser el entrenador del Centenario y al final aceptó colocarse el buzo de la selección peruana. A partir de entonces, ha tenido una serie de aciertos que son visibles en el campo de juego: desde continuar lo que funciona correctamente del proceso anterior, hasta fortalecer lo que está a su alcance. En ese proceso, demostró estar capacitado para dirigir a la U’ y, por ahora, todo le salió bien. El equipo es candidato a ganar el Torneo Apertura y clasificar a octavos de final de la Copa Libertadores. ¿Qué destacar de Bustos y por qué hizo una mejor versión del cuadro crema?
Fortalecer lo conocido
El primer acierto de Bustos fue aplicar el piloto automático en Universitario; es decir, continuar con todo lo bueno que había dejado el paso de Jorge Fossati en el club. El técnico entendió que la base del equipo era la misma del año pasado y hacer un borrón y cuenta nueva podía ser arriesgado. Mantuvo el 3-5-2, le dio la confianza a los referentes que ya venían desempeñándose con buenas actuaciones bajo ese sistema, y trató de adaptar su mensaje desde lo ya construido. Ese tino para entrar en contacto con el grupo fue agarrando fuerza poco a poco y su discurso caló en la interna del grupo. Hoy, puede verse a un equipo más compacto dentro y fuera de las canchas.
El plus de Bustos estuvo en el fortalecimiento táctico que aplicó a la base que encontró. Esta versión de Universitario, cuando defiende, lo hace con cindo atrás; y cuando le toca atacar, suma igual o mayor cantidad de futbolistas en campo contrario. Contra Junior, por ejemplo, la ‘U’ hizo un partido ordenado tácticamente y pudo controlar las situaciones de peligro que creó el rival. Eso le permitió sostener el marcador y, en ocasiones, buscar el contragolpe para sacar un resultado positivo en los minutos finales. Lo pendiente para Bustos está en encontrar al reemplazante de Piero Quispe para completar a su equipo.
Potenciar jugadores
Dentro de ese proceso de interacción con el plantel, Bustos pudo convencer con su mensaje a los jugadores. De hecho, parte del camino es que los futbolistas con mayor proyección puedan crecer dentro de su idea de juego. Este es caso de Andy Polo, quien es una pieza inamovible para su alineación. El extremo derecho registra dos goles, una asistencia y ha disputado todos los minutos disponibles en lo que va de la temporada. Pero la diferencia -más allá de los registros- está en su performance, porque ahora luce más entero físicamente. El despliegue de intensidad que muestra en la cancha lo tienen pocos futbolistas. Es rápido y cumple correctamente con su función.
Polo debe ser el jugador que mejor entiende el 3-5-2 de Bustos. Es un líder silencioso de la cancha y ya hizo más goles que el año pasado con Fossati. Algo similar ocurre con Martín Pérez Guedes, quien pudo convencer a Bustos dentro del sistema de juego que aplica. En un inicio, el volante dejó de ser titular para darle paso a Jairo Concha y Christofer Gonzales; pero luego reapareció para ya no salir del once inicial. Su disciplina táctica le permite sacar ventaja en los partidos. Es determinante para el funcionamiento del equipo y le permite a Bustos mantener el equilibrio en esa zona del campo.
Variantes que funcionan
Bustos es un técnico que sabe cómo y cuándo arriesgar. No es un improvisado en su función, analiza a cada rival y realiza los variantes que considera mejores para sacar el máximo provecho. Contra LDU de Quito, apostó por las modificaciones de sus intérpretes: colocó a José Rivera, otro que se potenció con el DT, y Edison Flores en el ataque, teniendo en cuenta que ninguno era un ‘9′ estrictamente. Y le resultó, porque el ‘Tunche’ terminó siendo la figura de aquel partido con un doblete. Es más, el delantero no suele ser titular, porque ingresa mejor de suplente, y Bustos suele utilizarlo de esa manera en el Apertura.
Una situación similar ocurrió en el duelo contra Junior, cuando colocó a Rodrigo Ureña como interior por izquierda, en el lugar de Jairo Concha, para que cumpla una función más asociativa en el juego del equipo. El chileno dejó su posición habitual a Jorge Murrugarra y asumió otra responsabilidad. Ambas variantes funcionaron, lo que habla de lo bien preparado que está el plantel en su totalidad. Los futbolistas responden en la cancha y aprovechan esa confianza para llenarle los ojos al DT.
Prioriza el resultado
Universitario se ha acostumbrado a ser un equipo que consigue buenos resultados independientemente del cómo se juega. Es evidente que Bustos plantea un estilo propositivo, aplicando la intensidad y presión alta para tener el balón en posesión; pero no siempre se juega bien. De hecho, esta versión de al ‘U’ no ofrece un juego descollante ni está lleno de estrellas, pero mantiene una orden táctico que le permite celebrar y ubicarse en posiciones expectantes. Este grupo prioriza el resultado más allá de la forma.
En el Torneo Apertura, por ejemplo, Universitario asume un rol protagonista sea de local o visitante. Y, más allá de quiénes estén en cancha, pudo obtener triunfos por la mínima diferencia, como ante Atlético Grau, Alianza Lima, Cusco FC y Alianza Atlético. En la Copa Libertadores, la tarea es otra, porque los rivales son de mayor jerarquía y exigencia. Aquí, es importante la forma para conseguir el resultado, como pasó contra LDU de Quito y Junior. La ‘U’ hizo partidos meticulosos, sabiendo que no iba a tener el dominio del juego, y pudo sumar cuatro puntos de seis posibles hasta ahora.
Lectura de juego
Bustos es un técnico cuya experiencia le permite ver detalles que otros no ven. Disputó la semifinal de la Copa Libertadores 2021 con Barcelona y esa vivencia se aprecia en esta clase de partidos. Su lectura de juego es acertada, sabe replantear y hacer los cambios que el partido pide, más allá de cómo resulten dentro de la cancha. Ante Junior, por ejemplo, acertó con los ingresos de Alex Valera y Diego Dorregaray, quienes ingresaron por el ‘Runche’ y ‘Orejas’ para refrescar el ataque y darle intensidad al juego. Hizo que los centrales colombianos retrocedieran unos metros y hasta pudo generar situaciones de gol.
También fue acertado con su análisis contra LDU de Quito, al decidir por Rivera en lugar de Dorregaray. Entendió que el partido estaba para jugarlo con las condiciones del ‘Tunche’ en lugar que las de ‘Dorregol’. Y el resultado terminó dándole la razón. Esas particularidades pintan de cuerpo entero a un técnico que está hecho para Universitario. Ha formado un equipo competitivo y el mérito, más allá de lo que hace el plantel, también es suyo.
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