En tan solo cinco meses, Universitario de Deportes ha sabido despertar todo tipo de emociones en su hinchada. Pasó de ser un equipo carcomido por errores fatídicos, a convertirse en una escuadra que supo reponerse a situaciones realmente complejas. Con un plantel corto en nombres y presupuesto, se hizo grande en garra, mente y corazón.
A pesar de integrar uno de los grupos más difíciles de la Copa Libertadores, los dirigidos por Ángel Comizzo siguen en pie de lucha para conseguir el ansiado cupo a la Copa Sudamericana, lo cual significaría una inyección anímica y económica para el conjunto merengue durante la segunda parte del año.
La pregunta que salta a la vista y retumba en las cabezas de los fanáticos es: ¿Qué cambió en Universitario estas semanas para que hayan podido retomar el rumbo en ambos campeonato?
Habría que retroceder en el tiempo hasta el 21 de abril, fecha en las que los cremas se estrenaron por la copa ante Palmeiras en el Monumental. Aquella noche el campeón de América golpeó dos veces y durante 52 minutos estuvo adelante en el marcador. A partir de ese momento la ‘U’ mostró rebeldía y logró igualar el partido. Aunque una desconcentración final les terminó costando el resultado.
Aquella derrota significó un duro golpe para el plantel de Ate. Federico Alonso y Nelinho Quina, dos de los jugadores con mayor experiencia, salieron al frente e hicieron un mea culpa, dando una lección de humildad a los más jóvenes. Si bien es cierto se llevaron cero puntos en la fecha 1, aquel gestó sumó en el grupo.
En los siguientes dos encuentros tampoco acompañaron los resultados ante Sporting Cristal (Liga 1) y Defensa y Justicia (Libertadores). No obstante, cuando todos pedían la cabeza de Comizzo, la directiva se mantuvo firme en su decisión de mantener al argentino en el cargo. Apostaron por una continuidad que hoy empieza a dejar sus réditos.
Cabe precisar que el estratega no la tuvo sencilla desde un inicio. Durante las primeras jornadas de la Liga 1 llegó a tener hasta 15 jugadores con COVID-19. Fue ahí donde el DT empezó a hacer uso de los chicos formados en casa, quienes desde un inicio no defraudaron. La simbiosis entrenador - plantel se consolidó.
Finalmente, el factor mental pasó a tomar un protagonismo vital. El más claro ejemplo sucedió en el choque ante Ayacucho FC por la Fase 1, quedándose con ocho hombres en el campo de juego y yendo a buscar al resultado hasta el final. Asimismo, desde el más joven hasta el de más experiencia demostraron un gran compromiso y sentido de pertenencia por los colores que defienden.
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