Los últimos ocho años han sido, sin lugar a dudas, lo más importantes en la historia del FBC Melgar. En sus 107 años de fundación, el ‘Dominó' nunca había podido posicionarse como uno de los mejores equipos peruanos a nivel local e internacional. Solo ostentaban un campeonato de primera división en sus vitrinas, conseguido en la temporada 1981.
Pese a esto, los hinchas del conjunto rojinegro nunca dejaron de alentar al equipo de sus amores. Su amor y pasión por esos colores no se apagaron. Por dentro sabían que esto alguna día cambiaría y por mientras los resultados adversos iban fortaleciendo su compromiso con la institución arequipeña.
En la previa del partido decisivo ante Deportivo Cali, Depor conoció la historia de tres hinchas que forman parte de la legión de seguidores del ‘Dominó’ que hoy solo saben de éxitos con el flamante campeón del Torneo Apertura.
“Se me infla el pecho de orgullo por estos colores”
Yerly Coaguila Valdivia (44 años) creció en un vecindario donde se respiraba rojinegro. A sus 14 años ya le interesaba mucho el fútbol y sentía curiosidad por ir a un recinto deportivo. Quería vivir una experiencia que solo había escuchado. Cada vez que pedía permiso este le era denegado. Así que el 4 de diciembre de 1994 decidió pedirle a sus amigos para que la lleven al estadio. No contaba con el permiso de su madre, pero eso no le importó. Fue así como cometió su primera locura de hincha, la cual quedó marcada para siempre en su mente y corazón.
Cuando Melgar ganó su primer título, Yerly era apenas una niña y no tiene ningún recuerdo. Razón por la cual este última etapa exitosa la disfruta más que nunca, aunque siempre dejó la garganta en la tribuna. Antes ocurrió para gritar un gol que los salvó del descenso, hoy lo hace para celebrar los títulos.
“Se que pasamos momentos difíciles. Como aquella tarde del 2011 donde nos jugamos la permanencia en primera división. Hoy todo es distinto. Somo un equipo fuerte en casa. Estoy segura de que este nueva etapa seguirá regalándonos alegrías. Es un orgullo y ejemplo a seguir la campaña internacional del club, Cuando las cosas se hacen bien se ven resultados. Es un sentimiento y una pasión. Se me hincha el pecho de orgullo cuando hablo de mi club. Me emociono hasta los huesos”, señaló.
Melgar, una herencia invalorable
Se podría decir que Óscar Calderón Bejarano (33 años) es hincha de Melgar desde la cuna. Su amor por esos colores se los transmitió su progenitor, quien fue la primera persona que lo llevó al estadio. Hay herencias invalorables y él sabe que esa es una de ellas. Es así que hoy, convertido en padre de familia, también ha inculcado en sus tres hijos el amor por esa camiseta.
Desde que tiene uso de razón se recuerda alentando a su equipo. No obstante, pasó gran parte de su vida viendo un equipo que jugaba de media tabla para abajo y que coronaba campañas desastrosas. No eran los tiempos fructíferos que hoy se viven en dicha institución.
“Ver al equipo haciendo cosas importantes desde hace unos años me llena de emoción. Me llena de orgullo el amor incondicional que siempre he sentido por esa camiseta. No necesitaba ganar campeonatos para ser fiel a esos colores que tanto despiertan en mi. Melgar me ha enseñado muchas cosas. A seguir adelante siempre y sentir identidad por la tierra que me vio nacer. Es un club que abarca muchas cosas más que fútbol”, contó.
Yanela, la hincha más hincha
En la casa de Yanela Tejada Carpio (23 años) no existía fin de semana que no se vaya al estadio para hinchar por Melgar. Una costumbre familiar que la hizo enamorarse para siempre del cuadro rojinegro. Conforme creció, también lo hizo su a su afición. Al ser una persona más independiente decidió unirse a una de las facciones de la barra: Occidente Dominó.
Considera que explicar lo que siente por Melgar es indescriptible. Es algo que siempre ha estado en su vida. No importa si hay que inventarse excusas en el trabajo para acompañar al equipo, lo importante es no abandonar esos colores que. ‘Yane’ sabe que se trata de un amor inmortal.
“Siempre he estado en las buenas y las malas. Nunca voy a dejar de sentir esta pasión por el equipo. No hay resultado que cambie eso. Lo definiría como un amor incondicional y no de moda. Me llena de felicidad el buen momento que estamos viviendo, pero yo se que más adelante nos puede ir mal. Eso no importará, ya que siempre va a perdurar este sentimiento inmenso que le tengo al club”, expresó.
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