Universitario de Deportes hizo la tarea: superó a Cienciano y se clasificó a la fase de grupos de la Copa Sudamericana. Con ello, las consecuencias positivas crecieron de manera exponencial: Emanuel Herrera por fin hizo gol, Piero Quispe jugó su mejor partido y fue figura, además el equipo funcionó como tal y la apuesta del nuevo técnico Jorge Fossati cerró con nota aprobatoria, de paso que se estrenó con victoria, una que además involucra un ingreso nada despreciable a las arcas del club, lo que cierra un círculo de buenas noticias tras el 2-0 que pudo ser mayor, pero que para la noche, basta y sobra.
Con Jorge Fossati por primera vez como entrenador, Universitario de Deportes se hizo de un triunfo de 2-0 sobre un desmejorado Cienciano, resultado que le ha valido la clasificación a la fase de grupos de la Copa Sudamericana y un beneficio económico inmediato de 900 mil dólares. Pero más importante que todo eso, el triunfo de este jueves en el Monumental propició una sonrisa enorme al sufrido hincha crema. Y eso, no tiene precio.
¿Jugó mejor Universitario o fue Cienciano muy bajo?
Ahora, hay que ser claros. Universitario de Deportes no jugó mejor que con Compagnucci, pero sí tuvo más tiempo y espacio para intentarlo frente a un rival demasiado discreto e impecable a la hora de fallar tanto en la marca, gestación como en ataque. Es decir, Fossati se encontró con el contendiente ideal para probar con línea de tres, para recuperar la confianza de su equipo y dedicarse íntegramente a concluir al menos un par de las muchas ocasiones que tuvo arriba.
Y es que Universitario bien pudo llevarse un triunfo mucho más abultado, que sonroje al ‘Papá' por las excesivas licencias que dio en el Monumental. Aunque arrancó con línea de tres, finalmente Cabanillas terminó sumándose en defensa como el cuarto en esa primera línea, que además tuvo un mediocampo mucho más nutrido y que permitió tener a Piero Quispe en su máximo esplendor.
Y he ahí una de las claves del partido: Fossati hizo lo que tanto se le pedía a Compagnucci: darle la confianza a Quispe, quien más seguro y más libre, tuvo en sus pies el mejor fútbol del cuadro crema. Su juego en espacio reducido, frescura y habilidad, además de buen panorama pusieron rápidamente dos pasos por delante al equipo crema sobre un Cienciano opaco, tímido y dudoso en la marca.
Mejor, sí. Pero todavía falta
Arriba, lo de Emanuel Herrera sigue siendo muy discreto, pero el gol ayudará y mucho para que vaya encontrando su mejor forma en más corto tiempo. En el primer gol es casi un blooper de él que Quispe termina convirtiendo, y en el segundo encuentra la oportunidad y -por fin- no la desaprovecha. Lo de Succar, en los minutos que estuvo, se evidenció que es muy poco.
¿Hubo altísimo nivel? Es mejor no engañarse. Las licencias defensivas que dio Cienciano probablemente no se repitan tan seguido en la fase de grupos de la Copa Sudamericana, incluso sería raro en la Liga 1. La “U” sin embargo, tiene mérito porque supo aprovechar esas licencias y desplegarse adecuadamente para traducir esa superioridad en gol.
Otra clave: el factor anímico. A este Universitario de Fossati se le notó mejor comprometido y con otro aire, potente, enérgico y peleador, con esa garra y mística que amerita toda versión de Ate. Uno que aunque no sea mejor que el oponente, tengamos la certeza de que dará pelea.
En esta reconstrucción anímica mucho tuvo que ver Fossati, quien en base a su larga experiencia y manejo de grupo, seguramente magnificó la confianza y el estado anímico, además de darles nuevas armas de ataque como la apuesta por carrileros, movimiento táctico que fue determinante para los goles, primero con Polo y luego con Bolívar.
Queda pendiente ahora trabajar en la finalización, quizá el principal problema de este remozado Universitario. La contraparte es que si la ‘U’ no acierta en mayor volumen las opciones que tenga, puede padecer ante un equipo de mayor envergadura.
Por lo pronto, el triunfo sobre Cienciano es clave porque no solo asegura un importante ingreso, sino que además ayuda a afianzar un nuevo ciclo deportivo. La “U” puede respirar tranquilo, pero tiene todavía una larga lista de pendientes por resolver si pretende consolidar su lucha por la Liga 1 y tentar algo más allá de la fase de grupos de la Sudamericana.
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