Después de algunos días de trabajo arduo, Alessandro Burlamaqui finalmente vivió su primer partido oficial en la Liga 1. Lo hizo en una circunstancia particular: con un once alterno de Alianza Lima frente a Cusco FC, en un duelo donde el técnico Néstor Gorosito optó por guardar a sus principales figuras con miras al duelo de vuelta ante Gremio. Así, en medio de un contexto de rotación, el volante peruano-español saltó al campo en la segunda mitad y cumplió uno de los grandes anhelos de su carrera.
Su ingreso no cambió la suerte del resultado, ya que Alianza cayó en Cusco, pero fue suficiente para dejarle sensaciones positivas. Burlamaqui disputó poco más de 30 minutos y, aunque no tuvo un protagonismo determinante, pudo experimentar de primera mano lo que implica jugar a más de 3,000 metros de altura, en un escenario exigente como el Inca Garcilaso de la Vega.
Para él, más allá del marcador, la experiencia significó dar un primer paso importante en su etapa profesional. El futbolista de 23 años, formado en las divisiones menores del fútbol español, expresó su felicidad por haber cumplido un objetivo largamente esperado, que es jugar en la primera división, algo que buscó en el viejo continente pero lo encontró en su país natal.
En sus declaraciones tras el partido, reconoció la dificultad del encuentro y el mérito del rival, pero también mostró gratitud por el respaldo recibido desde su llegada al club. El jugador valoró especialmente la confianza del comando técnico, que lo incluyó por primera vez en una convocatoria oficial de la temporada.
“Estoy contento con mi debut, pero lo más importante era ganar. Me quedo con la frustración de la derrota de hoy. Ellos jugaron muy bien; la altura se siente mucho y supieron ejecutar mejor su juego”, confesó en entrevista post-partido para L1 Max.
Aunque llegó como agente libre tras su paso por el Intercity de la Tercera División de España, Burlamaqui tiene contrato con Alianza Lima hasta finales del 2028, lo que deja claro que es una apuesta a mediano y largo plazo del club íntimo. Si bien no tuvo una experiencia profesional en la primera división, afirmó que esa noche cumplió un sueño.
“Era un sueño que había perseguido y estoy muy contento”, aseguró contando también como influyó el apoyo de su familia en esta carrera en su primera impresión del fútbol peruano. “Estoy muy feliz y agradecido con todos. Me dijeron que diera todo por este escudo y que disfrutara el momento”, agregó.
En medio de una campaña irregular de Alianza, con altibajos en el plano local pero triunfos históricos en el ámbito internacional, la aparición de Burlamaqui representa también una señal de apuesta juvenil en la plantilla, tal como lo había comentado Néstor Gorosito algunos días atrás.
En ese sentido, el estreno del mediocampista no solo marca un hito personal, sino que abre la posibilidad de verlo más seguido en acción. Ahora, con su debut ya consumado, el reto del exjugador de Espanyol B será consolidarse dentro del grupo. La confianza que ha recibido del entorno blanquiazul es apenas el primer paso de una etapa que podría definir su carrera en el fútbol profesional.
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