Mauricio Larriera llegó este sábado a Lima para ponerse al mando de Alianza Lima, su nuevo reto profesional. La última vez que dirigió un partido fue el 1 de agosto del 2022, cuando estaba en Peñarol, club con el que obtuvo buenos resultados y pasó por su mejor momento como entrenador al punto de dejar una huella, para muchos, entrañable. Depor conversó con Enrique Arrillaga, periodista de El País que cubre al equipo ‘negriamarillo’, y con Ángel Asteggiante, editor del suplemento deportivo de dicho diario, para conocer más a profundidad el perfil del estratega que se aproxima a La Victoria.
En un inicio, la llegada de Mauricio Larriera a Peñarol fue un tanto cuestionada. Al ser un equipo grande, algunos hinchas exigían un entrenador con mayor trayectoria internacional e identificado con el equipo. “Su llegada a Peñarol fue muy discutida, cuestionada en base a que no tenía los pergaminos suficientes. Sin embargo, demostró estar a la altura. Fue campeón uruguayo con un equipo que logró identificar a los hinchas y alcanzó las semifinales de la Copa Sudamericana”, indicó Asteggiante.
Cabe resaltar que la decisión de que Larriera tome las riendas de Peñarol fue tomada por Pablo Bengoechea, exentrenador campeón con Alianza Lima y actualmente director deportivo del ‘negriamarillo’. “Lo eligió Bengoechea y fue un acierto. De a poco, en un equipo con muchas figuras jóvenes, impuso su propio estilo de juego”, agregó Arrillaga.
La idea Larriera
El fútbol que propone el estratega charrúa dista mucho de lo que suele esperarse de la escuela moderna uruguaya que prioriza la defensa y jugar bastante directo con balones largos. Para Larriera, rescatar la técnica del jugador es importante y no renuncia a su convicción del fútbol ofensivo y protagonista. “Mucha intensidad, velocidad, toques, profundidad por bandas peor sin descuidar el centro para atacar y llegar con mucha gente al área rival. Él a eso lo llamó el ‘desorden organizado’, ya que usaba un sistema de 4-2-3-1 en el que los tres volantes de ataque andaban por toda la ofensiva. Esto le dio realmente picos muy altos en lo futbolístico. La versión 2021 de Peñarol con Mauricio como DT fue la mejor expresión futbolística de los últimos 20-25 años”, indicó Arrillaga
Para haber logrado aquel éxito del 2021, fue fundamental la presencia de jugadores jóvenes con buena técnica y mucha intensidad dentro del equipo. “Los equipos de Larriera se caracterizan por la tenencia de la pelota y buscar siempre el arco rival. Es un DT que busca rodear a jugadores con buen pie con extremos rápidos que les permita abrir la cancha y así hacer las transiciones de defensa a ataque”, sostuvo Asteggiante. Esta fue la receta con la que llegó Mauricio Larriera para comandar a Peñarol y, aunque en el 2021 funcionó desde el estilo y los resultados, esto no pudo sostenerse en el largo plazo, motivo por el que, hacia mediados del 2022, el estratega presentó su renuncia al club.
Salida del equipo
Hacia la segunda temporada con Peñarol, la columna vertebral del equipo no era la misma que la del 2021 y este fue un factor importante porque no pudo volver a encontrar una base sólida con la cual implantar su fútbol de manera eficaz. “El plantel se empezó a desarmar, se vendieron a figuras del equipo, se eligieron mal a los recambios con una política austera desde lo económico en la que no tuvo nada que ver Mauricio. Tuvo una mala Copa Libertadores, perdió el Torneo Apertura e hizo un muy mal campeonato intermedio. El equipo no fue el mismo y terminó renunciando el 1 de agosto luego de perder por 1-0 en la primera fecha del Torneo Clausura contra Fénix”, detalló Arrillaga.
En este lapso de crisis de Larriera al mando de Peñarol, la autocrítica fue uno de sus puntos rescatables cada vez que le tocó conversar con la prensa. “Es un entrenador muy educado, respetuoso y cuando el equipo juega mal, lo reconoce. No tiene ningún problema en decirlo”, agregó Asteggiante.
Manejo de vestuario, jóvenes y recursos
Otra de las características del paso del entrenador uruguayo por Peñarol fue poder haber potenciado a muchos jugadores jóvenes: “Muchos de ellos fueron transferidos en operaciones superiores a los 10 millones de dólares (Facundo Torres y Agustín Álvarez son un ejemplo)”. Es un entrenador al que le gusta darle minutos a juveniles que no suelen ser titulares y potenciar a los que vienen consolidándose. Asimismo, un requisito que fue determinante para la gerencia deportiva de Alianza Lima fue que el entrenador que llegue tuviera buen manejo de vestuario. En este punto, Larriera ha reiterado que cuida mucho el factor humano: “Estuvo muy cerca de cada jugador. En Peñarol todos hablan bien de él y por eso los dirigentes lo sostuvieron en su segundo año, aunque los resultados no lo acompañaron”, detalló Asteggiante.
Por otro lado, el estratega ha reconocido que le gusta mantenerse actualizado respecto a educarse constantemente sobre el fútbol moderno, en tal sentido, también hace uso múltiples herramientas. “Es un DT obsesivo con la estrategia de cada partido. Le gusta estar en cada detalle y se apoya mucho en las nuevas tecnologías como el análisis de datos o estadísticas del equipo y del rival”, agregó Asteggiante.
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