Nadie imaginó un escenario parecido como el que ocurrió la noche del miércoles 8 en Matute. Tras el pitado final de Edwin Ordóñez, Universitario de Deportes empezó a festejar en la cancha su estrella 27. La sombra fueron los rostros de decepción de los jugadores de Alianza Lima; pero lo que llamó la atención fue el apagón repentino de las luces del estadio. Así, sin aviso previo ni nada por el estilo, la oscuridad invadió el campo, se interrumpió la ceremonia de premiación y hubo incertidumbre en las tribunas por lo que pudo pasar. Esa imagen en penumbras dio la vuelta al mundo y la presión mediática fue tanta que hasta ahora exigen al club blanquiazul dar los nombres de los responsables de aquel acto.