Muchos se preguntan qué es lo que pasó en el vestuario, al final del primer tiempo, cuando Universitario de Deportes perdía por 4 a 1. En Depor te contamos algunos 'secretos' que explican el por qué de la recuperación del equipo merengue.
Al ir al descanso, y ya en el camarín, no hubo recriminaciones. Nadie se peleó ni tampoco reclamó. Paolo Maldonado fue quien se paró frente a la pizarra y puso las cosas en orden. Dio indicaciones técnicas en forma grupal e individual.
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Al rato, Roberto Chale tomó la palabra y dijo: "¡Muchachos, vamos a dar la cara. No podemos quedarnos así. Vamos a dar la cara, señores, caraj…!".
El DT crema siguió hablando y añadió: "¡Tenemos que remontar de todas formas. Quedan 45 minutos y, como sea, vamos a hacer los goles!". Chale habló en tono eufórico. Fue la motivación que necesitaba el equipo para levantarse, tras el tremendo golpe inicial. Este fue el 'café cargado' que despertó a los jugadores.
Luego el DT crema se fue a un costado. En ese momento, los propios jugadores empezaron a hablar.Acordaron dar vuelta a la situación, pero todos se comprometieron a no hacerse expulsar.
"¡Esto lo levantamos entre todos. Acá nadie se hace expulsar. Los necesitamos a todos!", se escuchó decir a los referentes, cuando ya salían para jugar el complemento.
No hubo peleas. Eso ratificó que el equipo está más unido que nunca. Los mayores dieron su respaldo a los más jóvenes. La idea era jugarse la vida en los 45 minutos que faltaban.
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Otro punto que jugó a favor de la recuperación crema, fue que el equipo se reacomodó en el complemento. Con la salida de Gómez por lesión, Chale dejó el sistema 4-1-4-1 y pasó al 4-2-3-1. Aguirre entró de lateral y subió a la volante a Trauco, quien tuvo más espacio para asociarse con Manicero. Eso generó fútbol y ello se unió a la mística del camarín. Había despertado la garra.
"¿Quién iba a pensar en un 4 a 4 después de un 4 a 0? Creí que sucedería algo como le pasó a Vallejo. Acabé preocupado el primer tiempo, porque yo leo los periódicos antes que los escriban. Ya no era hora de jugar al fútbol, era hora de tirarla y eso nos dio los cuatro goles. Les dije a mis jugadores que yo estaba seguro de que haríamos tres goles en el segundo tiempo: 'Si ellos nos han metido cuatro, por qué nosotros no podemos meterles tres'".
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