Tenemos un campeonato esquizofrénico, que cada año cambia sus reglas y es incapaz de repetir un formato dos años seguidos. Concluido el descentralizado del 2018, los clubes no pueden planificar la próxima temporada porque aún no saben cómo se jugará la liga en el 2019. Lo único claro es que será distinta y tendrá 18 equipos en competencia, dos más que el último torneo.
El campeonato que terminó la semana pasada fue un desastre. Con partidos ganados en la mesa, equipos insolventes que pierden puntos por deudas y una definición que acabó enfrentando al Cristal, ganador de los torneos Apertura y de Verano, con un Alianza Lima que no ganó ningún título y quedó tercero en el acumulado. Pero las bases, aprobadas por los propios clubes, así lo establecían y no dejaban lugar a reclamo. Habrá que ver ahora con qué nos salen para el año que viene.
A estas alturas, la Asociación Deportiva de Fútbol Profesional, que agrupa a los clubes, ya presentó su propuesta para el torneo 2019 con –otra vez– un formato inédito. El problema es que su nueva fórmula tampoco es definitiva, porque el próximo año la liga será gestionada por la Federación Peruana de Fútbol, que aún no se pronuncia y no ha detallado sus planes. Es decir, todavía no hay nada definitivo.
Tenemos una liga digna de una república bananera, donde cada año queremos cambiarlo todo e inventar la rueda, cuando sería más fácil –y efectivo– copiar algún formato que funcione bien en otros países y sostenerlo en el tiempo. ¿O acaso las ligas de España, Italia, Inglaterra o Alemania cambian cada año?