Jesús Oropesa: “Me tocó luchar contra la muerte; tuve dos infartos, pero ya estoy operativo”

El extécnico de Unión Comercio habló con Depor sobre el difícil momento que pasó en el cotejo frente a Melgar, en Tarapoto. Ahora, el DT nacional está por recibir el alta médica y tiene todas las ganas de volver a dirigir.
Jesús Oropesa charló con Depor tras recuperarse de los dos infartos que sufrió en el partido entre Unión Comercio vs. Melgar, el pasado 8 de agosto (Foto: Wilmer Robles)

El pasado 8 de agosto, durante el compromiso entre y Melgar, el técnico nacional sufrió dos infartos. Casi tres meses después, y con un buen semblante, el exestratega del conjunto de Tarapoto habló con Depor sobre el difícil momento que atravesó en aquel cotejo: “Todavía no me tocada. Gracias a Dios estoy bien”. Ahora, el guía de los ascensos sigue al pie de la letra todas las indicaciones de su médico, y la buena noticia es que está por recibir el alta. “Tengo una propuesta de trabajo”, adelantó con una gran sonrisa. A su vez, agradeció a Dios, a su familia, y a los hermanos Wilmer y Marco Valencia por su constante apoyo durante los momentos más complicados que le tocó vivir a sus 54 años de edad. Aquí la palabra de un guerrero de la vida.

¿Cómo se siente tras haber sido operado recientemente del corazón?

Agradezco a Dios por estar en la lucha, como siempre nos ha tocado estar. Me siento contento porque después de lo vivido estamos en el proceso de la recuperación. Ya nos encontramos en la parte final de la recuperación, pensando en que esta situación nos ha dejado seis meses sin trabajar, pero ya estamos enfocados que en diciembre volveremos con fuerza.

Todo esto ocurrió en el partido entre Unión Comercio y Melgar: ¿Cuál fue el primer síntoma que desencadenó el infarto?

Yo he estado consciente hasta que llegué a la clínica. Me acuerdo de todo. Estábamos por finalizar el primer tiempo. Era una jugada de ataque de Melgar, nosotros recuperamos la pelota y se genera una contra a favor nuestra. El árbitro da por finalizado el primer tiempo, y cuando volteo para ir a los vestuarios siento que empieza a dolerme la cabeza y sentir un poco de mareos. Entonces, converso con Kenji (Aparicio), quien es mi asistente técnico, y le digo que me siento un poco mal. Me voy a sentar al banco de suplentes y me ido caminando a los vestuarios, pero en ese ínterin sentí mareos y como que quería descompensarme. Después entró Kenji , Rafa (Maguiña), el analista de videos, y sentí que me faltaba el aire y náuseas. Llamaron a los médicos, y yo pienso que ellos ya sabían que me estaba dando un infarto, me tomaron la presión y ellos pidieron que sea llevado a una clínica.

Ya notaban que estaba en el proceso de infarto. Me sacaron en ambulancia, los médicos del club manifestaron que era un golpe de calor para que esté tranquilo, pero ya en el camino sentí un golpe en el pecho que nunca en mi vida había sentido. Es algo que no se lo deseo a nadie. La intensidad del dolor iba de menos a más. Llegamos a la clínica, donde me hicieron un procedimiento y los médicos me comentaron que eso me salvó la vida. Después de unos minutos tuve otro infarto, y ahí la cosa ya era complicada. Llegó la gente del club, después mi compadre Marco Valencia, hemos crecido y estudiado juntos. Es padrino de mi hijo (Cedric), y estuvo a mi lado siempre, después del partido y yo me acuerdo de todo en la clínica. Si me daba un tercer infarto podía ser fatal, así que gracias a Dios no se llegó a eso. Los médicos se sorprenden porque es bien difícil sostener dos infartos seguidos. Pienso que todavía no me tocaba, Dios quiere que tenga alguna otra acción en la vida. Acá estoy luchando para seguir en el camino que me puso Dios.

Después tuvo que ser traslado inmediatamente a Lima para ser operado...

Sí, después que soy traslado del hospital de Minsa de Tarapoto, soy evaluado por un grupo de médicos, y ellos dan su diagnóstico que sea trasladado a Lima, ya que mi situación era muy delicada. En una ambulancia aérea se dio la posibilidad que venga a Lima y ver qué hospital podía operarme. Mi hijo, quien ha estado pegado más en tema de apoyo, le recomendaron que me lleve al hospital Hipólito Unanue, donde hay muy buenos médicos y era de lo mejor. Ahí estuve en un proceso de dos meses y medio a la espera de que pueda ser operado; ya después poscirugía es otra experiencia que me ha tocado vivir. Gracias a Dios, a la gente del hospital, al director, subdirector, a los médicos, a los técnicos y licenciados, se portaron de mil maravillas. Algunos sabían que era el técnico de Unión Comercio y se portaron muy bien, pero también con los otros pacientes. Siempre estuvieron al pendiente de todos, fueron parte importante para que yo haya salido bien de la situación que me encontraba.

Noto que ha bajado bastante de peso. ¿Cuál es la medicación que está siguiendo?

Antes de la operación, entré en un proceso de dieta, y posoperatorio con una alimentación recomendada por los médicos. Cero azúcar, cero arroz, comiendo mucha proteína, lo que me han recomendado la medicación y la alimentación será importante en este proceso de recuperación en los primeros meses. También quiero destacar, antes de que me suceda esto era muy amante de la buena comida, seguramente descontrolada la forma cómo me alimentaba y esto también generó que me dé los dos infartos. Ahora sigo medicado por recomendación de los doctores, con casi 12 pastillas, pero son los primeros meses. Estoy cuidándome y al pie de letra. Ya me siento mucho mejor, salgo a caminar y estoy empezando a trotar.

Mi operación fue a pecho abierto, donde me han hecho dos baipás, no pensé que me iba a recuperar tan rápido. Ya estoy en la partida final posoperatorio, pero internamente debo tener ciertos cuidados. Me siento bien, mucho mejor desde que salí del hospital. Vine un poco débil, un poco mareado, pero ya estoy tres semanas en la casa. El ambiente es diferente, ya estando con la familia, la alimentación es diferente, el ambiente, uno se siente mejor, y muchos de los amigos que vienen a visitarme se sorprenden por cómo estoy. Al día que tuve la cirugía, los médicos me hicieron sentarme en un sillón y dijeron que ya tenía que poner de mi parte. Mi operación ha sido de mucho cuidado, pero gracias a Dios estamos acá, en el proceso de terminar de la mejor manera. Perdí veintitrés kilos de peso, ahora se me ve más joven, más activo y estamos siguiendo con la dieta que ha sido recomendada por los nutricionistas en el hospital.

¿Para cuándo está programada el alta médica?

Fue lo primero que le pregunté a los médicos, yo siempre he estado preocupado si es que iba a volver a trabajar o si mi vida iba a tomar otro rumbo. Gracias a Dios, los médicos me han dicho que si todo sigue como ahora, ya en diciembre debo tener el alta médica para retomar mis actividades. Ya estoy empezando a realizar mis actividades y reuniéndome con los profesores de mi cuerpo técnico, yo ya retomé mis actividades. Estamos analizando todo lo que pudo haber hecho en el año, hemos tenido un año muy complicado desde que empezamos la campaña deportiva en Juan Aurich. Nosotros lo que queremos es llegar a diciembre con el alta médica por parte de los médicos y poder estar trabajando, ya que hemos recibido la propuesta de un equipo. Estamos analizando una de las posibilidades y estar operativos para estar al cien por ciento en el mes de diciembre.

¿Unión Comercio cumplió con todos los pagos tras lo sucedido?

Se ha portado de la mejor manera conmigo. El presidente Freddy Chávez ha cumplido como habíamos quedado. No solo en el tema económico, sino también como persona; siempre está al pendiente, conversando con mi hijo, quien es el que estuvo a cargo de todo lo sucedido. Después también ha venido acá a la casa, posoperación, y es otra de las personas que se ha sorprendido al verme, pues yo estaba en proceso de infarto. Agradecido con el club, con el presidente, y en ese sentido no tengo nada que reclamarle.

Hablando de Unión Comercio, usted lo dejó luchando por salir de la zona del descenso, pero lamentablemente el equipo descendió...

Nosotros estábamos convencidos de que íbamos a pelear la posibilidad de salvar al equipo del descenso, pero eso iba a tomar un proceso. Un proceso que se iba dando porque nos tocó empezar con Los Chankas, pero no nos fue bien. Recién habíamos tomado el equipo y nos tocó empatar ante Mannucci, en Trujillo. Después jugar con Alianza, peleamos hasta los últimos cinco minutos de la segunda parte; no nos generan situaciones de gol, pero por un accidente viene su tanto. Después hubiese servido de envión anímico el partido con Melgar, íbamos a convertirnos en una piedra en el zapato para varios equipos. En ese momento, Melgar era uno de los equipos que mejor jugaba el torneo. Venía de ganarle a los grandes, y nosotros hicimos un partido inteligente. Ganamos a un equipo protagonista. Ahí debimos consolidarnos en la primera parte de nuestra llegada a Unión Comercio, pero lamentablemente me sucede el tema de los infartos. Lo que pasó después nos dio mucha pena.

Wilmar Valencia fue el técnico que alzó su voz de protesta tras su delicado estado de salud. Pidió apoyo a la Liga 1, que tengan los entrenadores un seguro médico, entre otras cosas...

Lo de Wilmar a mí no me sorprende. Además, yo no lo conozco por el fútbol. Somos paisanos, de Camaná, hemos trabajo juntos, somos amigos, hermanos de toda la vida, y a mí no sorprende. Terminó el partido entre Comercio y Melgar y estuvo al lado mío. Estuvo al pendiente. Lo de Wilmar no solo es la voz de protesta, pero hasta ese momento no había entidades que asumían su rol. Yo he sido víctima de dos infartos en un partido de fútbol, pudo suceder una desgracia, pero el único que salió al frente fue Wilmar. Yo muy agradecido con él. Es más, estando en el hospital siempre me llamaba, igual Dulio Cisneros. Han ido a visitarme al hospital, muy agradecido con ellos dos. Wilmar no solo sacó cara por un amigo, sino por los colegas que nos encontramos en una situación desprotegida. En ese momento me pudo suceder algo más trágico, pero un amigo de toda la vida salió a protestar por la situación en la que estaba. Después de lo que me sucedió a mí, se tiene que poner cartas sobre el asunto, pudo suceder una desgracia. Nosotros no tenemos la potestad de elegir los contratos, y no tenemos la posibilidad de poder asumir un contrato de recibos por honorarios y no tenemos un seguro. No hay que esperar que suceda algo trágico para darnos un seguro a los técnicos nacionales. Somos muy pocos los que tenemos posibilidad de trabajar en Primera o en Segunda, y eso sería valorable para nosotros para estar protegidos en el tema de la salud.

Usted no solo es un verdadero guerrero en el fútbol, sino también en la vida...

Una de las características de mi personalidad es que siempre me ha tocado luchar. Nunca he dado nada por perdido. Siempre he tenido fe en Dios, estoy convencido que sin Dios no podemos hacer nada. En el fútbol me ha tocado pasar cosas muy complicadas. En el año 2012 con Sport Áncash tuvimos un accidente, y en algunos medios se me daba como uno de los fallecidos, pero me tocó luchar estando con seis meses de deudas. En Chavelines también me tocó luchar, y sacarlo campeón del Apertura, también con seis meses de sueldo sin cobrar. Este año en Aurich armamos un equipo para ascender, pero a dos horas nos dicen que estábamos retirados. Ahora me ha tocado luchar contra la muerte, pero siempre hemos batallado, hemos guerreado, nunca me he quejado. Si algo sucede es porque Dios tiene el control de todo. Vamos a seguir luchando de pie, vamos a esperar que llegue enero, y que haya una posibilidad concreta y poder retomar nuestras acciones.

Si hay una persona que siempre ha estado a su lado en este momento complicado fue su hijo...

Cedric es un soporte no solo en mi vida personal, sino también en lo laboral. Siempre conversamos, es mi mejor amigo, mi mejor consultor. Con él tomo bastantes decisiones. Es un soporte importante en la vida personal. Me siento orgulloso por todo lo que él viene haciendo, ya que también está dedicado al deporte. Desde muy niño siempre ha sido muy entregado en lo que hace. No solamente él, sino también de mi hija Milagros, mi esposa. Hace poco una situación de salud de mi hija, ella se encuentra postrada en la cama, y ha demostrado que es un luchadora. Estuvo casi tres meses en UCI, pero hoy la tenemos en casa, va avanzado y me siento orgulloso, contento por los hijos que me ha regalado Dios. Son luchadores y convencidos de lo que quieren hacer. Estamos siempre pendientes que lo pueda pasar con Milagros y que Dios nos las devuelva como la alegría que era de la casa.


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