“Así como criticamos el torneo peruano –por su nivel, organización, arbitrajes y un largo etcétera– también lo queremos, lo extrañamos. Porque es nuestro”.
“Así como criticamos el torneo peruano –por su nivel, organización, arbitrajes y un largo etcétera– también lo queremos, lo extrañamos. Porque es nuestro”.

El 15 de diciembre del año pasado, cuando el argentino Patricio Loustau pitó el final del Alianza Lima vs. Binacional en Matute, no solo sentenció la fortuna de blanquiazules y celestes. También nos ‘condenó’ a los hinchas del fútbol peruano a una temporada –corta, menos mal– sin nuestro torneo favorito. Desde ese pitazo han pasado 47 días hasta hoy, viernes 31 de enero, día en que empieza –por fin– la 2020.

No es que el fútbol se haya detenido. Felizmente tenemos las ligas europeas y algunas de Sudamericana que no han parado y han servido para menguar la abstinencia futbolística. Pero, eso sí, nada –nada– como el fútbol peruano, el nuestro, con el que reímos y lloramos.

Es evidente que el fútbol europeo y de la mayoría de ligas de Sudamérica es superior al nuestro. En las competencias internacionales se ven las diferencias. Pero eso no quiere decir que con ese fútbol se goce más que con el nuestro. Eso, estimados, va más allá de un simple gusto.

Yo disfruto viendo las genialidades de CR7 o Messi, pero no celebro sus goles con el mismo entusiasmo que un gol de un equipo peruano. Y por más que me guste ver cómo el Liverpool y el PSG arrasan con todos en sus ligas, prefiero ver si el equipazo que ha armado Alianza da la vuelta facilito este año. O si Dos Santos y Millán la ‘rompen’ con la ‘U’. También está Cristal, que tiene una base sólida, y no puedo esperar a ver si surge otro ‘tapadito’ –Vallejo, Boys, Mannucci, Melgar, Grau– que pelee el título. O, incluso, ver si este nuevo Binacional, nuestro campeón, hace otra gran campaña, como en 2019.

Claramente el torneo peruano no es ni por asomo el más competitivo del mundo, pero, para sus hinchas, es el mejor. Porque con él sufres, gozas, te diviertes, le sacas ‘cachita’ a tu amigo hincha del equipo rival, debates en redes, haces matemáticas para ver qué le conviene a tu equipo. Porque así como lo criticamos –por su nivel, organización, arbitrajes y un largo etcétera–, también lo queremos, lo extrañamos. Porque es nuestro. Han pasado 47 días y no podía esperar más. Hoy comienza Liga 1.

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