En primera instancia, el fútbol siempre se caracterizará por ser un deporte colectivo que trata de favorecer el rendimiento individual de un futbolista. No obstante, los casos de Miguel Trauco y Pedro Aquino fueron un proceso a la inversa en este 2016: a raíz de sus grandes actuaciones, terminando siendo determinantes en el aplomo de Universitario de Deportes y Sporting Cristal, respectivamente.
El rendimiento de Miguel, el tarapotino de 24 años que llegó a Ate como refuerzos en enero, fue de menos a más. El lateral empezó siendo una apuesta de la anterior administración de la 'U' y terminó siendo un hombre hecho y derecho por la banda izquierda. Resultó siendo el mejor fichaje de los cremas en el 2016.
► 10 jugadores que fueron acusados de 'traidores' por haber jugado en el equipo rival
Miguel es el mejor futbolista del año porque demostró ser un trabajador silencioso, pero eficiente. Su popularidad fue avanzando como la espuma y nunca le movió los pies del piso. Por si fuera poco, se ganó un llamado a la Selección y en el momento más difícil, puso la cara y se ganó un puesto en el equipo titular, borrando a Juan Manuel Vargas de los planes de Gareca. Trauco cosechaba así un futuro alentador.
Demostró estar a la altura y nunca desentonó con la blanquirroja. La banda izquierda pasó a estar muy bien resguardada y encontramos un jugador que tome como prioridad defender y luego atacar. Quizás, su virtud más sobresaliente es el orden. Además, Trauco demostró que también puede ser un excelente acompañante en zonas ofensivas. Cuando tuvo que asistir a compañeros, lo hizo. Y bien.
En Universitario no se pudo el círculo a fin de año. La intención siempre fue ser campeón. Pero el cierre de Miguel Trauco fue deslumbrante. Ya más con la cabeza en Río de Janeiro, el lateral cerró su pase al Flamengo y cumplirá el sueño de pequeño: jugar en el exterior. El premio del mejor del año es merecido, porque hasta hace una temporada, nadie se atrevía a dar un centavo por él y ahora estará en el equipo con más hinchada en el mundo. El único acierto de Leguía.
¿Y Pedro Aquino?
Es injusto, hasta cierto punto, que el premio del mejor solo sea para uno. Y precisamente es por el nivel que demostró Pedro Aquino con la camiseta de Sporting Cristal en la temporada 2016. Entre otras cosas, todo radica en su poder de lucha y convencimiento para hacerse de un lugar en el once titular de Mariano Soso.
Corre, quita y entrega. Las tres virtudes que un volante central necesita para convivir en el fútbol actual. Sin ser un típico 6 estático, Aquino ha demostrado tener características de medio mixto que le permite avanzar hacia el área rival.
Entre otras cosas, Aquino le disputó el puesto a Josepmir Ballón, un jugador de mayor experiencia, y terminó ganando la batalla. Posteriormente, Soso acomodó las posiciones en el equipo y los ubicó a ambos en la primera línea de volantes. Pedro nunca más se movió del equipo titular.
También fue convocado por Gareca y no desentonó. Ante Bolivia se comió el mediocampo solo; frente a Chile ingresó por Lobatón y gestó el gol del empate de Edison Flores y finalmente ante Brasil lució sólido y ordenado, pese a que el resultado final no fue el deseado para la Selección.
Su año se coronó con la estrella 18 en Sporting Cristal, siendo la figura de la última final disputada en el Estadio Nacional en la que su equipo jugó con un hombre menos. Pedro Aquino se llevó el premio del mejor jugador sub 23 por la ADFP y se quedó cerca de arrebatarle el premio mayor a Miguel Trauco.
El año 2016 fue el de la consolidación de Miguel y Pedro. En posiciones distintas, cada uno sobresalió y se ganó un puesto en el corazón de sus respectivas hinchadas. En un examen parejo, Trauco terminó pasando el examen con 18, mientras que Aquino con 17.
► OFICIAL: Christian Ramos jugará por Emelec la próxima temporada
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El rendimiento de Miguel, el tarapotino de 24 años que llegó a Ate como refuerzos en enero, fue de menos a más. El lateral empezó siendo una apuesta de la anterior administración de la 'U' y terminó siendo un hombre hecho y derecho por la banda izquierda. Resultó siendo el mejor fichaje de los cremas en el 2016.
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Miguel es el mejor futbolista del año porque demostró ser un trabajador silencioso, pero eficiente. Su popularidad fue avanzando como la espuma y nunca le movió los pies del piso. Por si fuera poco, se ganó un llamado a la Selección y en el momento más difícil, puso la cara y se ganó un puesto en el equipo titular, borrando a Juan Manuel Vargas de los planes de Gareca. Trauco cosechaba así un futuro alentador.
Demostró estar a la altura y nunca desentonó con la blanquirroja. La banda izquierda pasó a estar muy bien resguardada y encontramos un jugador que tome como prioridad defender y luego atacar. Quizás, su virtud más sobresaliente es el orden. Además, Trauco demostró que también puede ser un excelente acompañante en zonas ofensivas. Cuando tuvo que asistir a compañeros, lo hizo. Y bien.
En Universitario no se pudo el círculo a fin de año. La intención siempre fue ser campeón. Pero el cierre de Miguel Trauco fue deslumbrante. Ya más con la cabeza en Río de Janeiro, el lateral cerró su pase al Flamengo y cumplirá el sueño de pequeño: jugar en el exterior. El premio del mejor del año es merecido, porque hasta hace una temporada, nadie se atrevía a dar un centavo por él y ahora estará en el equipo con más hinchada en el mundo. El único acierto de Leguía.
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Corre, quita y entrega. Las tres virtudes que un volante central necesita para convivir en el fútbol actual. Sin ser un típico 6 estático, Aquino ha demostrado tener características de medio mixto que le permite avanzar hacia el área rival.
Entre otras cosas, Aquino le disputó el puesto a Josepmir Ballón, un jugador de mayor experiencia, y terminó ganando la batalla. Posteriormente, Soso acomodó las posiciones en el equipo y los ubicó a ambos en la primera línea de volantes. Pedro nunca más se movió del equipo titular.
También fue convocado por Gareca y no desentonó. Ante Bolivia se comió el mediocampo solo; frente a Chile ingresó por Lobatón y gestó el gol del empate de Edison Flores y finalmente ante Brasil lució sólido y ordenado, pese a que el resultado final no fue el deseado para la Selección.
Su año se coronó con la estrella 18 en Sporting Cristal, siendo la figura de la última final disputada en el Estadio Nacional en la que su equipo jugó con un hombre menos. Pedro Aquino se llevó el premio del mejor jugador sub 23 por la ADFP y se quedó cerca de arrebatarle el premio mayor a Miguel Trauco.
El año 2016 fue el de la consolidación de Miguel y Pedro. En posiciones distintas, cada uno sobresalió y se ganó un puesto en el corazón de sus respectivas hinchadas. En un examen parejo, Trauco terminó pasando el examen con 18, mientras que Aquino con 17.
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