No es goleador, tiene cara de pocos amigos y tampoco suele hablar mucho después de cada partido, pero Rodrigo Ureña se ha convertido en el emblema que personifica el presente de Universitario de Deportes. El volante chileno es uno de los culpables del buen momento que atraviesan los cremas en la Liga 1 Betsson y es el pulmón que oxigena el juego de la mejor versión del equipo de Jorge Fossati. Desde el mediocampo, por delante de la primera línea defensiva y en lo que parece ser su zona de confort, Ureña no solo impone garra y temperamento, también reparte fútbol y sostiene el funcionamiento de una ‘U’ que hoy ha fijado su renovación como una obligación para el 2024.