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Cuando parecía que las puertas se le cerraban y su futuro lucía cada vez más incierto, Paolo Guerrero encontró finalmente la ‘luz al final del túnel’. A sus 39 años, el ‘Depredador’ tiene todo listo para ser nuevo jugador de Racing Club por una temporada y vivir así su primera experiencia en el fútbol argentino. El excapitán de la selección peruana llegará a la ‘Academia’, uno de los equipos con mayor tradición del balompié ‘albiceleste’ y que este año buscará luchar el título de la Liga Profesional Argentina y tener una sobresaliente Copa Libertadores.
El delantero nacional será el último refuerzo de la ‘Academia’ y en Avellaneda buscará dejar atrás el complicado 2022 que tuvo con Avaí de Brasil, donde solo jugó 10 partidos (no marcó gol). Llegará cono un refuerzo de jerarquía y competirá por un puesto en la delantera con Maximiliano Romero y Nicolás Reniero. Una vez que se incorpore al plantel, Guerrero estará a las órdenes de Fernando Gago, exjugador argentino y técnico con mucha proyección internacional.
Y aunque Gago (36 años), tres años menor que Paolo Guerrero, no compartió antes vestuario con él, sí logró tenerlo como rival dentro del campo. Ambos se vieron las caras en un partido de selección por las Eliminatorias 2018, el cual significó un punto de quiebre para cada uno. No solo eso los vincula, los dos también conocen de sobra la sensación de estar alejados por un largo periodo del fútbol.
El partido de La Bombonera
El 5 de octubre del 2017, Perú enfrentó a Argentina en la mítica Bombonera camino a Rusia 2018. La selección peruana iba al estadio de Boca Juniors con el objetivo de robar puntos y acercase más al repechaje ante una ‘Albiceleste’ que había mostrado dudas a lo largo de toda la campaña. Paolo Guerrero fue capitán del equipo de Ricardo Gareca; mientras que Fernando Gago estaba en la banca de suplentes ante el llamado de Jorge Sampaoli.
El partido no tuvo goles (0-0), pero sí más de una emoción, como la salvada de Pedro Gallese tras el disparo del ‘Papu’ Gómez o como el tiro libre sobre el final de Guerrero. Justamente, en la cancha, se cruzaron jugador y su flamante técnico. A los 60′, Fernando Gago entró por Éver Banega; sin embargo, solo duró ocho minutos, pues sufrió la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla derecha.
Fue una dura lesión a la larga lista que tuvo Gago durante su carrera, y fue además una de las últimas antes de finalmente poner punto final a su carrera en 2020. Batalló varios meses por recuperarse, pero a poco de Rusia 2018 sufrió un desprendimiento en los ligamentos y quedó fuera del Mundial. Mientras que dicho partido para Paolo significó el inicio de su capítulo más tortuoso.
Por ese partido, Paolo Guerrero casi se pierde el Mundial debido al resultado analítico adverso que arrojó su prueba antidoping. Tras ello, comenzó un calvario de más de seis meses que tuvo que afrontar el ‘9′ tras diversos fallos de la FIFA, el TAS y el Tribunal Federal Suizo. Finalmente, el ‘9′ sí pudo jugar en Rusia 2018 y marcar un gol en la máxima cita mundialista.
La sensación de no estar en la cancha
Tanto Fernando Gago como Paolo Guerrero saben lo que es estar largos periodos fuera del campo. El primero tuvo una resaltante carrera en Europa; sin embargo, las lesiones afectaron mucho su regularidad; mientras que el ‘Depredador’ estuvo más de seis meses fuera de las canchas por el castigo que le impuso el TAS y luego casi un año fuera por una lesión en la rodilla.
Al exmediocampista argentino las duras lesiones lo persiguieron durante su carrera. En sus últimos cinco años como futbolista se vio privado en diferentes momentos, pero nunca bajó los brazos hasta que el cuerpo le dijo basta. En 2015, sufrió una rotura del tendón de Aquiles a los pocos segundos de comenzado el encuentro entre Boca Juniors y River Plate, en el Monumental.
Al año siguiente, volvió a las canchas, pero en abril de se año sufrió la misma lesión, particularmente en el injerto de la pasada rotura. En 2017, ocurrió la lesión en el partido de Perú en La Bombonera y antes del Mundial entró cinco meses, pero sufrió otro desprendimiento de los ligamentos. En 2018, se cortó el tendón de Aquiles del pie derecho y tuvo que volver a dejar los campos.
Cerca del final del 2019, volvió a Vélez para volver a tener ritmo; sin embargo, en enero del 2020, 13 partidos después de su estreno sufrió una nueva rotura en los ligamentos de la rodilla que se había lesionado anteriormente. La pandemia y las duras lesiones en las rodillas hicieron que ese año le dijera adiós al fútbol a los 34 años para tener otra faceta, la de entrenador.
Por su parte, Paolo Guerrero también ha vivido en carne propia últimamente lesiones de gravedad. Pero su para más mediática fue luego de que diera positivo (resulto analítico adverso) en el examen antidoping tras el partido contra Argentina en La Bombonera. Tras ese resultado, la FIFA suspendió pro 30 días de manera provisional, lo que sería el inicio de su problema por mostrar su inocencia.
Los 30 días provisionales se volvieron 50 y luego pasó a ser un año de castigo por parte del Comité Disciplinario de la FIFA. Paolo Guerrero buscó probar su inocencia y el máximo organismo redujo a la mitad su sanción (seis meses), pero el ‘Depredador’ buscaba no tener sanción alguna, por lo que acude al TAS, sin pensar que dicho organismo ampliaría de 6 a 14 meses el castigo.
El ‘Depredador’, que estaba contra el tiempo por entrar a la lista de Perú en Rusia 2018, llegó hasta el Tribunal Federal Suizo para buscar una apelación, la cual finalmente consiguió en mayo de ese año y así su castigo fue levantado momentáneamente para que pueda jugar el Mundial. Guerrero estuvo cerca de siete meses sin jugar y finalmente tuvo que cumplir la sanción de 14 meses luego de la cita.
Lamentablemente, su vuelta al fútbol desde 2019 estuvo plagada de lesiones. Empezó con unos problemas de tobillo, pero en 2021 sufrió la rotura de los ligamentos cruzados, la cual lo marginó por 184 días de las canchas. El proceso de recuperación y nuevas lesiones complicaron su vuelta al máximo nivel. En julio del 2022, y luego de 10 meses fuera, Paolo Guerrero volvió a jugar un partido, con Avaí, último club que contó con los servicios del delantero nacional.
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