Bien dicen que una selección peruana es el equipo de todos. En Perú se sintió bastante en los últimos tiempos, cuando Ricardo Gareca pudo convencer a un grupo de futbolistas a llevarnos a un Mundial tras 36 larguísimos años. La bicolor fue una excusa perfecta para olvidarnos de los problemas e ilusionarnos con cada una de sus batallas. Fue capaz de movilizar una marea roja y blanca hasta la lejana Rusia y convertirnos en la mejor hinchada del mundo. Fueron unos años maravillosos, donde los fanáticos de todos los equipos nacionales se unían aunque sea un momento para alentar a su país. Algo que, en los últimos meses, se ha perdido un poco. Perder el Repechaje ante Australia fue un golpe que muchos todavía no pueden superar ni perdonar. Sumado a la llegada de Juan Reynoso, un técnico con una capacidad enorme para asumir el reto de llevarnos al Mundial 2026, pero que tiene mucha resistencia. Y también por una FPF que cada vez tiene menos credibilidad por acciones y decisiones más que polémicas.