¿Quién hubiese imaginado, hace más de un año, que Cueva sería el conductor de un triunfo peruano en el extranjero después de 12 años? Creo que nadie. Ah no, Gareca sí. Y es que el 'Tigre', cuando las críticas caían sobre el entonces jugador de Alianza Lima, puso las manos al fuego por él y le dio la confianza para crecer. Hoy, el '10' de la bicolor es, sin duda alguna, una de las más gratas revelaciones del fútbol sudamericano.
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Cada diciembre, El País de Uruguay entrega el premio de mejor jugador sudamericano a quien, a lo largo del año, ha dado muestras diferenciales sobre sus rivales dentro del continente. El único peruano que ha podido recibir ese galardón es Teófilo Cubillas y fue en 1972; luego Paolo Guerrero, por ejemplo, se ha visto ubicado en el podio. En el 2016 uno de nuestros compatriotas podría dar el golpe sobre la mesa. Su nombre, Christian Cueva.
Me llamarán exagerado, seguro; pero, sin compararlo, claro está, con los máximos exponentes de nuestro continente que juegan en Europa; el jugador del Sao Paulo ha sido de los más grandes diferenciales en esta parte del mundo, tanto en Eliminatorias como en el Brasileirao. El Perú festeja tener en sus filas a un futbolista sinónimo de superación que, sobre la base de la confianza, ha sabido crecer individualmente y hacer crecer al colectivo que lo rodea.
En Brasil, país acostumbrado al 'jogo bonito', nuestro compatriota ha marcado la diferencia. Los elogios no dejan de caer sobre quien lleva la '13' del conjunto paulista porque, a pesar de no estar en la mejor ubicación en la tabla de posiciones, Cueva ha mejorado a la plantilla a través de conducciones, pases, filigranas y goles.
Ahora, hablar del 2016 en nuestro continente es, también, hablar del Atlético Nacional. En el equipo 'verdolaga' han relucido muchas figuras que merecen la condecoración. Entre ellos, nombres como Marlos Moreno, actualmente jugador del Deportivo La Coruña; Sebastián Pérez, quien llegó a Boca Juniors, o el delantero Miguel Borja, quien a punta de goles se ganó el llamado de José Néstor Pékerman a la selección Colombia merecen todas las elogios habidos y por haber.
También recordemos a la plantilla de Independiente del Valle, ese humilde equipo de Ecuador que supo llegar a una final continental sobre la base de actuaciones memorables. No sería sorpresa que los nombres de José Ángulo, Arturo Mina o Junior Sornoza estén presentes entre los elegidos.
Es cierto, la intrascendencia internacional, a nivel de clubes, puede quitar puntos a nuestro compatriota; pero su papel, más allá de galardones, ha sorprendido a más de uno. Gareca creyó, Cueva confió y el público peruano, un 10 de octubre del 2016, tras 12 años sufriendo en el extranjero, lo confirmó.
Siempre he dicho, y lo mantengo, que los premios individuales, en un deporte de relaciones interpersonales, son mezquinos. Aun así, que bien vendría, para ese volante que superó sus trabas conductuales, un premio (al menos una nominación) al nivel alcanzado en complemento del bien colectivo.
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