Apenas se escuchó el pitazo final en el Nacional de Santiago, Paolo Guerrero se puso en cuclillas y miró fijamente el pasto del estadio chileno. El 'Depredador' no habló nadie, a pesar de que sus compañeros se acercaron para animarlo. El 9 siguió en la misma posición.
Tras unos minutos de reflexión en un momento caliente, Paolo Guerrero se incorporó y caminó, aún en silencio, hasta el vestuario. El rostro del capitán reflejó la decepción y la bronca por no conseguir el objetivo, a pesar de estar tan cerca.
Minutos después del partido, Paolo Guerrero fue el jugador más esperado por los periodistas peruanos. Y es que en esta circunstancia, la palabra del principal representante del grupo que dirige Ricardo Gareca es importante. Pero el delantero, como en la cancha, prefirió no decir nada.
Paolo Guerrero atravesó la zona mixta sin prestar declaraciones. Solo atinó a levantar la mano para disculparse. Así, el atacante de la Selección Peruana se dirigió al bus, en silencio, como cuando acabó el duelo en el Nacional.
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